Rehabilitar habilitar una esperanza posibilitar un lugar un encuentro habitar un espacio un tiempo abrir los ojos a media caña respirar oler cada mañana caminar por las nubes regar los cipreses coger un puñado de arena sembrar la tierra con el viento oler oler la vida quedarse inmóvil viendo pasar las nubes... MOLER LA VIDA.
El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.
jueves, 29 de diciembre de 2016
sábado, 10 de diciembre de 2016
Entre nubes blancas
Entre nubes blancas
Junto con la avalancha de libros publicados sobre el budismo zen en los últimos años, varios documentales se han encargado de alimentar la voracidad que siente occidente por esta milenaria tradición. Entre nubes blancas, una visita de 86 minutos a los ermitaños budistas chinos en las montañas de Zhongnan, es fascinante por la singularidad del tema y lo modesto de su factura. Aunque los budistas y taoistas chinos se han refugiado en las montañas durante siglos, hasta esta película no hemos sido capaces de ver sus vidas y sus prácticas directamente.
Edward A. Burger ha estado viviendo en la República Popular China durante más de ocho años, trabajando como traductor, director, coordinador de un proyecto cultural de intercambio y músico. Originalmente viajó a China como un estudiante de budismo y se encontró con su maestro, Guang Kuan, en las montañas Zhongnan en el invierno de 1999. Completó su primer documental, Entre nubes blancas en 2005.
El cineasta explica que la lectura de “Camino al Cielo” de Bill Porter, un cuaderno de viaje acerca de los ermitaños de China, despertó en él el deseo de conocer a algunos de estos maestros. Guang Kuan se convirtió en su maestro durante varios años, y el tiempo que pasó en las montañas le permitió conocer a otros, todos los cuales le han ayudado en su propio camino budista. Por lo tanto, una de las razones por las esta película destaca es que el director no sólo quiere documentar la vida de los ermitaños, sino que quiere aprender de ellos también, y la mayor parte de la película se dedica simplemente a escuchar respuestas concisas de los ermitaños a sus preguntas. A partir de estos practicantes oímos las ideas budistas comunes, pero la sabiduría adquirida en años de meditación solitaria aparece más fuerte y más verdadera que en innumerables páginas de sutras filosóficos (una actitud típica Zen expresada por varios de los ermitaños).
"¿Por qué la gente en este mundo está tan ocupada?
Ocupado, ocupado...mío, mío, una vida entera para "Mí”...cuando dejen de respirar deberán dejar ir todo el universo,
¿por qué no dejarlo ir desde el principio, por qué no poner toda esa energía en la liberación?"
La película va de las conversaciones con los ermitaños y sus puntos de vista a las escenas de la vida cotidiana en las montañas. Pronto nos enteramos de que "ermitaño" puede significar muchas cosas diferentes: algunos viven solos – a kilometros de todo- , pero otros viven en parejas o en pequeñas comunidades. En consonancia con la tradición china de percibir las cosas como un todo, algunos parecen ser estrictamente Ch’an (Zen), pero muchos son eclécticos, prácticando la Tierra Pura también. Más de uno tiene un perro, uno tiene dos gatos, un maestro lee periódicos, y otro tiene un reloj que no va adelantado sino que es “20 minutos más rápido que los otros”. En el camino el cineasta también pasa tiempo con dos monjas y, finalmente, con un ermitaño Ch’an que dice estar "en el tramo final, caminar la última milla a la iluminación", y a juzgar por su mirada y sus respuestas, no seré yo quien lo ponga en duda.
En la manera en que esta filmado el documental de Burger se intenta expresar algunas cualidades esenciales de la vida de los ermitaños. El ritmo es lento, hipnótico, lo que nos permite experimentar las conversaciones de los ermitaños de una manera directa y reflexiva. Se notan los años pasados por el director en las montañas: los cortes son largos y se crea un ritmo de meditación que evoca la práctica esencial de los ermitaños. Intercalados, los cortes que de vez en cuando aparecen con escenas de la naturaleza, una hoja, un pájaro, unas hormigas devorando un gusano, una montaña brumosa, nos recuerdan a los poemas clásicos chinos, que utilizan imágenes similares a transmitir el concepto Ch’an de "verdadera esencia". Otra técnica evocadora de la tradición son las escenas de muchas de las tareas diarias: una larga secuencia muestra a una monja ermitaña y su esfuerzo para sacar agua de un pozo, llevándola ladera abajo con una fina manguera, y verterla cuchara por cuchara en una olla grande, una manera de señalar la "actitud cotidiana Zen" de muchos textos chinos. "Cuando trabajo, sólo trabajo (…) Todo se hace con la misma mente. Todo es práctica…no sólo es sentarse por ahí a meditar. Todo está equilibrado y en calma, incluso el trabajo", nos recuerda un ermitaño.
En una reciente entrevista Edward A. Burger explicaba de esta manera su estancia en la montaña Zhonghan: “La vida en una ermita es diferente de la vida en un monasterio. En las montañas vas a tu aire. Eso es más difícil de lo que parece, mantener tu práctica sin las campanas y toques de madera que se utilizan para llamar a las actividades en las comunidades organizadas. En un lugar algo más grande como en la comunidad de mi maestro Guang Kuan, las actividades de grupo no están organizadas, pero sucederán cuando sea necesario. Comemos juntos y, a veces trabajamos juntos. Por lo general las tareas son una distracción, una ruptura con el cojín de meditación o para descansar los ojos de la lectura. Aparte de la meditación, la lectura y el trabajo, me siento en la habitación de mi Maestro y comemos naranjas y bebemos té. Puedo hablar con él acerca de cosas que pasan en mi vida y me ayuda a aplicar las enseñanzas de Buda a la vida cotidiana. A veces hablamos de lo que está pasando en el mundo. Escribimos poemas juntos, malos, en su mayoría. Y paseamos por las colinas observando los pájaros y recolectando vegetales silvestres para la cena. Hay muchas cosas que hacer.”
Aunque las historias que a veces escuchamos de los monjes y monjas sobre sus razones para vivir así son fascinantes y variadas, la mayoría de los ermitaños tienen las mismas motivaciones para elegir la soledad: "En el monasterio no se está suficientemente tranquilo, hay demasiadas distracciones, con otros practicantes alrededor, incluso un poco de charla es demasiado para alguien que profundiza en los niveles más sutiles de la práctica. Estás sentado en Samadhi profundo y "Bing" suena la campana y hay que levantarse con todos los demás. Eso no es bueno. Por lo que necesitan la tranquilidad y el enfoque de la soledad. Y no hay nada que te lleve tan lejos en la práctica como cuando se está solo, cara a cara con uno mismo. Completamente solo con uno mismo. Lo único que te rodea es la naturaleza, que es como un sutra en sí, recordándote el nacimiento, la muerte y la interdependencia. Todas las enseñanzas actuando como un juego a tu alrededor.“, explica Burger.
Nuevos ermitaños
viernes, 9 de diciembre de 2016
Cabañas sostenibles
Arquitectura sostenible: cómo vivir en pequeño
jueves, 8 de diciembre de 2016
Te erijo una cabaña
jueves, 17 de noviembre de 2016
El Libro tibetano de los muertos
LEONARD COHEN NARRA LA HISTORIA DE “EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS”
miércoles, 16 de noviembre de 2016
THE LAKE ISLE OF INNISFREE
El castillo de Ballylee es una casa torre fortificada de estilo Hiberno-normando del siglo XVI construida por la familia De Burgo (Burke). El castillo también se conoce como 'Torre Yeats' debido a que el castillo fue restaurado por William Butler Yeats en 1919, como un refugio para él y su familia.
Como Yeats tenía afinidad por el idioma irlandés, abandonó el término "castillo" al nombrar la propiedad a favor de la palabra irlandesa "Thoor" (que significa "torre"). Él y su familia ocuparon el castillo durante casi 10 años, momento en el que después de 1929, el castillo volvió a estar en mal estado hasta que más tarde fue restaurado y reabierto en 1965 como un centro conmemorativo y patrimonial de Yeats.
Hoy en día, debido a su proximidad al río Streamstown, Thoor Ballylee ha estado sujeto a inundaciones esporádicas a lo largo de los años y ha causado daños considerables.
jueves, 23 de junio de 2016
miércoles, 22 de junio de 2016
Un año en los bosques
"El sol ya está alto, es tarde para los cárabos. Conozco al hombre al otro lado del río, y sé que tiene que estar cabreándose. Probablemente esté sentado en un tronco húmedo, con los pies y las piernas ateridos y con calambres provocados por la inmovilidad. También conozco al otro cazador, al del reclamo para pavos. Esta semana, lo que esos dos hombres quieren es un pavo muerto.
Yo también quiero un pavo, pero el mío lo quiero vivo y en una semana veré cumplido mi deseo y los oiré graznar al amanecer. Pero quiero más. Quiero azulillos índigo cantando sus pareados a primera hora de la mañana. Quiero leer José y sus hermanos de Thomas Mann otra vez. Quiero hojas de roble y flores de cornejo y luciérnagas. Quiero saber cómo está la tierra en Coon Holllow, al norte. Quiero que Asher se entere de lo que les pasa a los ácaros del oído de las polillas en invierno. Quiero enseñarles a Liddy y a Brian las enormes rocas que hay al fondo de la hondonada del arroyo. Quiero saber mucho más sobre las arañas morgaño. Quiero escribir una novela. Quiero bañarme desnuda en el río al calor del sol.
Por eso he dejado de dormir en la cabaña; una casa es demasiado pequeña, demasiado restrictiva. Quiero el mundo entero, y también las estrellas".
sábado, 18 de junio de 2016
domingo, 12 de junio de 2016
DONDE HABITE EL OLVIDO
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
viernes, 10 de junio de 2016
domingo, 8 de mayo de 2016
martes, 26 de abril de 2016
La cabaña de Wittgenstein en el fiordo
- https://www.youtube.com/watch?v=olLIUUL3Bek&feature=youtu.be