El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

jueves, 30 de septiembre de 2010

"Han tancat la Rambla" (HUELGA DECIRLO)

(Impresiones de un paseante):


Ayer Huelga General. Disturbios en el centro de Barcelona. Consecuencia poética: la Rambla cerrada al tráfico. La ciudad por unos instantes devino diferente a sí misma, más humana. El ruido del tránsito rodado desapareció de los tímpanos masacrados de los ciudadanos y la Rambla dejó de convertirse en una autopista frenética y parque temático para un turismo de masas anodino y otras especies. Insolitamente la Rambla se convirtió, ayer, en un paseo donde el deambular de las gentes era tranquilo y sin stress  y donde los paseantes no corrían compulsivamente detrás de una zanahoria ilusoria. El  desbocado marathon cotidiano, ensalzado por los decibelios de los altavoces del sistema, se transformó ayer en una "passeggiata" y se percibía en los cuerpos y en sus rostros el sabor de una nueva experiencia muy alejada de la locura diaria del convivir con el tráfico rodado. Los cuerpos distendidos de los paseantes fluían, y lo que antes les era ajeno, como un reflejo de luz, una sombra, un olor, un color, una conversación o una brisa otoñal, ahora formaba parte de un ambiente estereoscópico más inmediato y adquiría una dimensión perdida pero recobrada al mismo tiempo. Al desaparecer el bombardeo de estímulos externos el cuerpo se reecontraba con el sentir... y por tanto el pensar.
En la antigua sede del Banco Banesto en la  Plaza de Catalunya permanecía izada en lo alto de la azotea una bandera negra. Ciudad desalojada. Bandera negra. Ciudadanos "sin ruído" en sus cabezas y en sus cuerpos. Robocops armados pertrechados en las esquinas del capital.
Por momentos me sentí inmerso en un pasado histórico no muy remoto de esta ciudad o en un futuro utópico e incierto. ¿Qué función tiene este "ruido" en el -new order- mundial del urbanita del s. XXI? ¿Qué suerte de revolución hay que impulsar para que la ciudad pertenezca al hombre y no a la máquina? ¿Qué intereses tiene el Capital?: todos, o casi todos. Lo sabemos.
¿Qué podemos hacer para que nos dejen tranquilos y por tanto con la función pensante activa y las sensaciones a flor de piel?

Cierzo