El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Entre nubes blancas



Entre nubes blancas



Junto con la avalancha de libros publicados sobre el budismo zen en los últimos años, varios documentales se han encargado de alimentar la voracidad que siente occidente por esta milenaria tradición. Entre nubes blancas, una visita de 86 minutos a los ermitaños budistas chinos en las montañas de Zhongnan, es fascinante por la singularidad del tema y lo modesto de su factura. Aunque los budistas y taoistas chinos se han refugiado en las montañas durante siglos, hasta esta película no hemos sido capaces de ver sus vidas y sus prácticas directamente.
Edward A. Burger ha estado viviendo en la República Popular China durante más de ocho años, trabajando como traductor, director, coordinador de un proyecto cultural de intercambio y músico. Originalmente viajó a China como un estudiante de budismo y se encontró con su maestro, Guang Kuan, en las montañas Zhongnan en el invierno de 1999. Completó su primer documental, Entre nubes blancas en 2005.
El cineasta explica que la lectura de “Camino al Cielo” de Bill Porter, un cuaderno de viaje acerca de los ermitaños de China, despertó en él el deseo de conocer a algunos de estos maestros. Guang Kuan se convirtió en su maestro durante varios años, y el tiempo que pasó en las montañas le permitió conocer a otros, todos los cuales le han ayudado en su propio camino budista. Por lo tanto, una de las razones por las esta película destaca es que el director no sólo quiere documentar la vida de los ermitaños, sino que quiere aprender de ellos también, y la mayor parte de la película se dedica simplemente a escuchar respuestas concisas de los ermitaños a sus preguntas. A partir de estos practicantes oímos las ideas budistas comunes, pero la sabiduría adquirida en años de meditación solitaria aparece más fuerte y más verdadera que en innumerables páginas de sutras filosóficos (una actitud típica Zen expresada por varios de los ermitaños).


"¿Por qué la gente en este mundo está tan ocupada?
Ocupado, ocupado...mío, mío, una vida entera para "Mí”...cuando dejen de respirar deberán dejar ir todo el universo,
¿por qué no dejarlo ir desde el principio, por qué no poner toda esa energía en la liberación?"

La película va de las conversaciones con los ermitaños y sus puntos de vista a las escenas de la vida cotidiana en las montañas. Pronto nos enteramos de que "ermitaño" puede significar muchas cosas diferentes: algunos viven solos – a kilometros de todo- , pero otros viven en parejas o en pequeñas comunidades. En consonancia con la tradición china de percibir las cosas como un todo, algunos parecen ser estrictamente Ch’an (Zen), pero muchos son eclécticos, prácticando la Tierra Pura también. Más de uno tiene un perro, uno tiene dos gatos, un maestro lee periódicos, y otro tiene un reloj que no va adelantado sino que es “20 minutos más rápido que los otros”. En el camino el cineasta también pasa tiempo con dos monjas y, finalmente, con un ermitaño Ch’an que dice estar "en el tramo final, caminar la última milla a la iluminación", y a juzgar por su mirada y sus respuestas, no seré yo quien lo ponga en duda.

En la manera en que esta filmado el documental de Burger se intenta expresar algunas cualidades esenciales de la vida de los ermitaños. El ritmo es lento, hipnótico, lo que nos permite experimentar las conversaciones de los ermitaños de una manera directa y reflexiva. Se notan los años pasados por el director en las montañas: los cortes son largos y se crea un ritmo de meditación que evoca la práctica esencial de los ermitaños. Intercalados, los cortes que de vez en cuando aparecen con escenas de la naturaleza, una hoja, un pájaro, unas hormigas devorando un gusano, una montaña brumosa, nos recuerdan a los poemas clásicos chinos, que utilizan imágenes similares a transmitir el concepto Ch’an de "verdadera esencia". Otra técnica evocadora de la tradición son las escenas de muchas de las tareas diarias: una larga secuencia muestra a una monja ermitaña y su esfuerzo para sacar agua de un pozo, llevándola ladera abajo con una fina manguera, y verterla cuchara por cuchara en una olla grande, una manera de señalar la "actitud cotidiana Zen" de muchos textos chinos. "Cuando trabajo, sólo trabajo (…) Todo se hace con la misma mente. Todo es práctica…no sólo es sentarse por ahí a meditar. Todo está equilibrado y en calma, incluso el trabajo", nos recuerda un ermitaño.

En una reciente entrevista Edward A. Burger explicaba de esta manera su estancia en la montaña Zhonghan: “La vida en una ermita es diferente de la vida en un monasterio. En las montañas vas a tu aire. Eso es más difícil de lo que parece, mantener tu práctica sin las campanas y toques de madera que se utilizan para llamar a las actividades en las comunidades organizadas. En un lugar algo más grande como en la comunidad de mi maestro Guang Kuan, las actividades de grupo no están organizadas, pero sucederán cuando sea necesario. Comemos juntos y, a veces trabajamos juntos. Por lo general las tareas son una distracción, una ruptura con el cojín de meditación o para descansar los ojos de la lectura. Aparte de la meditación, la lectura y el trabajo, me siento en la habitación de mi Maestro y comemos naranjas y bebemos té. Puedo hablar con él acerca de cosas que pasan en mi vida y me ayuda a aplicar las enseñanzas de Buda a la vida cotidiana. A veces hablamos de lo que está pasando en el mundo. Escribimos poemas juntos, malos, en su mayoría. Y paseamos por las colinas observando los pájaros y recolectando vegetales silvestres para la cena. Hay muchas cosas que hacer.

Aunque las historias que a veces escuchamos de los monjes y monjas sobre sus razones para vivir así son fascinantes y variadas, la mayoría de los ermitaños tienen las mismas motivaciones para elegir la soledad: "En el monasterio no se está suficientemente tranquilo, hay demasiadas distracciones, con otros practicantes alrededor, incluso un poco de charla es demasiado para alguien que profundiza en los niveles más sutiles de la práctica. Estás sentado en Samadhi profundo y "Bing" suena la campana y hay que levantarse con todos los demás. Eso no es bueno. Por lo que necesitan la tranquilidad y el enfoque de la soledad. Y no hay nada que te lleve tan lejos en la práctica como cuando se está solo, cara a cara con uno mismo. Completamente solo con uno mismo. Lo único que te rodea es la naturaleza, que es como un sutra en sí, recordándote el nacimiento, la muerte y la interdependencia. Todas las enseñanzas actuando como un juego a tu alrededor.“, explica Burger.


VER PELÍCULA: 


http://comandodharma.blogspot.com.es/2010/04/entre-nubes-blancas.html



Nuevos ermitaños



El tiempo de los ermitaños regresa a una China de bulliciosas ciudades


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El maestro Hou ha encontrado la alegría de vivir. En una bulliciosa China, este ermitaño vive feliz en su cabaña en la ladera de un monte sin calefacción ni electricidad y comiendo principalmente col.
"No hay un camino más feliz en esta tierra", asegura en equilibrio sobre su taburete de madera colocado fuera de su espartano refugio de muros de adobe.
Cuando cientos de millones de chinos se han marchado a vivir a hacinadas ciudades para participar del 'boom' económico de las últimas décadas, otros le dieron la espalda y optaron por la soledad de los anacoretas.
Esta elección hunde sus raíces en una tradición ancestral, que curiosamente regresa ahora cuando China lleva a cabo un gran avance en la modernidad.
Cientos de pequeñas cabañas salpican las laderas de las montañas Zhongnan en la China central, donde los adeptos a las tradiciones budistas y taoístas locales tenían la costumbre de aislarse del mundo. "Las montañas Zhongnan tienen una atracción especial", explica un sonriente Hou vestido con una larga túnica negra.
Tras crecer en Zhuhai, una de estas bulliciosas ciudades de la costa meridional, se instaló hace casi 10 años en estos montes, donde sus jornadas están consagradas completamente a la meditación, con pausas para cortar madera y recolectar verduras.
"Las ciudades son lugares agitados para vivir. Aquí, podemos encontrar la felicidad interior", asegura Hou. "Ahora, estoy feliz de estar solo", agrega.
- "Como el opio" -
La temperatura en invierno cae hasta menos 20 grados y, en verano, las serpientes venenosas se esconden entre las rocas. Pero este lugar atrae a cada vez más chinos desencantados con el materialismo.
Hou, quien aparenta unos 40 años -los taoístas no revelan su edad, según él-, cuenta desde hace poco con dos novicios.
Wang Gaofeng, de 26 años y con la barba menos frondosa que su maestro, asegura que abandonó su trabajo de director en los ferrocarriles. "Ver la televisión y jugar a videojuegos es estimulante durante un momento, como el opio. Pero este tipo de placer es pasajero", dice mientras come su col hervida.
Imposible encontrar una conducta individual más alejada del colectivismo absoluto impuesto a los chinos no hace mucho tiempo, durante la época maoísta.
Pero los actuales ascetas recorren el mismo camino que sus ancestros. El taoísmo -corriente filosófico-religiosa de unos 2.500 años de antigüedad- pregona el seguimiento del "Camino" (Tao), considerado durante mucho tiempo como un regreso a la naturaleza.
Más sobre
Los gobernantes han recurrido a menudo, en algunos períodos de la Historia, a los eremitas chinos, a diferencia de sus homólogos occidentales. "Los anacoretas han jugado un papel político, han ayudado a la sociedad a avanzar manteniendo a su vez las ideas de antaño", asegura Zhang Jianfeng, fundador de una revista taoísta y ermitaño "de temporada" en la montaña.
La llegada al poder del Partido Comunista en 1949 y las recurrentes campañas de persecución religiosa pusieron fin a esta tradición.
- Setas venenosas -
No obstante, los expertos calculan en varios cientos los anacoretas que consiguieron sobrevivir en las montañas. Algunos de ellos incluso ignoraban que los comunistas dirigían el país.
Desde la flexibilización de las políticas antirreligiosas en los años 1980, su número aumentó y "muy rápidamente" estos últimos años, según Zhang Jianfeng, para quien muchas personas se van a vivir "a ciegas a las montañas". "Hay incidentes cada año, algunos comen setas venenosas, otros mueren de frío (...) Algunas personas carecen de sentido común", explica.
El regreso de los eremitas se atribuye a menudo a la influencia del escritor estadounidense Bill Porter. Su primer libro basado en su propia experiencia fue un fracaso comercial en Estados Unidos, pero su traducción fue un éxito en China. "En los años 1980, nadie prestaba atención a los ermitaños, porque todo el mundo podía ganar dinero y mejorar su nivel de vida", explica por teléfono el escritor.
Pero más de dos décadas de crecimiento desenfrenado han creado una clase media que, en parte, cuestiona actualmente los valores materialistas.
- Anorak rosa -
En las montañas Zhongnan, una decena de jóvenes experimentan la vida en un campamento improvisado para probar sus aspiraciones al ascetismo, aunque con electricidad y DVD para empezar.
A sus 38 años, Liu Jingchong abandonó Cantón, la gran metrópolis del sur, y un empleo lucrativo para prepararse para una vida solitaria. "Tenía la sensación de que mi vida daba vueltas en círculo: encontrar un mejor coche, un mejor trabajo, una mejor novia, pero sin nunca conducir a nada", dice sentado con las piernas cruzadas sobre un cojín.
Más de la mitad de los ermitaños a su alrededor son mujeres, como Li Yunqi, de 26 años, quien acaba de pasar varias semanas de retiro. "Vengo aquí por la paz interior y para escapar del ruido de la ciudad", dice arropada por su anorak rosa y jugando con su 'smartphone' en un vehículo todoterreno, que la lleva de vuelta dando tumbos hacia la civilización.

http://es.globedia.com/tiempo-ermitanos-regresa-china-bulliciosas-ciudades


viernes, 9 de diciembre de 2016

Cabañas sostenibles


Arquitectura sostenible: cómo vivir en pequeño

Cabañas o casas pequeñas, alejadas de la civilización, se han convertido en un atractivo arquitectónico.

Por Florencia Oña, arquitecta


Las cabañas o viviendas pequeñas en ambientes naturales se han convertido en un atractivo arquitectónico, resonando tanto por el interés filosófico que las mismas representan, como la experiencia de una vida simplificada, liviana y contemplativa.

La película Into the Wild (Hacia Rutas Salvajes) narra la historia de un joven que invierte tiem­po explorando la vida salvaje en la naturaleza durante dos años en Alaska. El personaje ori­ginalmente se gratifica con la vida en soledad, la belleza de la naturaleza a su alrededor y el entusiasmo de vivir alejado de la civilización.


Con cierta similitud el filosofo Henry D. Tho­reau, conocido por su libro Walden- Vida en el Bosque; expone una reflexión en torno a la forma de vida austera rodeado por ambientes naturales. Afrontando lo esencial: entre uno mismo y lo que le rodea. Tanto la película como el libro, representan lo seductor de experimen­tar una vida alejada de la civilización, de forma sencilla y en contacto con la naturaleza.

Para Rosseau la cabaña primitiva era un para­digma de la expresión arquitectónica, por su simple, funcional y hermosa desnudez. Con­virtiéndose en la mejor fuente de inspiración para todos, al tratarse de la representación de la búsqueda de lo que es esencial en la con­dición humana. Vitruvio consideraba la nece­sidad de contar con una techumbre desnuda y primigenia sobre sí, para alcanzar la excelencia personal. La relación entre los primeros natu­ralistas y las cabañas en las que desarrollaron sus obras es estrecha. Relacionando sus disci plinas con la propia arquitectura.

La palabra ecología desde su etimología, pro­viene del griego oikos = casa y logos = ciencia. Es la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre si y su hábitat. La cabaña en la naturaleza, como refugio, contribuye a crear un pensamiento en torno a la ecología. Convirtién­dose en un objeto personal, antropocéntrico. El cual influye y construye nuestro pensamiento y respeto por nuestro entorno.

Históricamente la denominación de la cabaña primitiva es tan diversa como su adaptación a los distintos sitios de su emplazamiento.

El cobijo sencillo, la existencia consciente y vida simplificada confluyen en el ideal de la vivienda esencial. Como lo definía Thoreau “El hombre es el artífice de su propia felicidad”. Delinean­do una existencia diferenciada, relacionando el interior de uno mismo, con la inmensidad que nos rodea.


La cabaña en la naturaleza, como refugio, contribuye a crear un pensamiento en torno a la ecología. Convirtiéndose en un objeto personal, antropocéntrico. El cual influye y construye nuestro pensamiento y respeto por nuestro entorno.

Actualmente las cabañas insertas en la natu­raleza exceden la idea cautivadora del aspecto simbólico recreativo para convertirse en arqui­tectura a la cual aspirar. La vida acelerada, sin espacios vacíos, con carencia de tiempo intros­pectivo; conducen a la necesidad de cultivo de uno mismo a través de experiencias extraordi­narias. Condiciones que evidencian el creciente interés por una vida sencilla, autosuficiente, la búsqueda de paz en un mundo interconectado y saturado de información, la reconquista del espacio personal y/o la búsqueda del equilibrio ambiental son aspiraciones crecientes; aptas para una mente preparada y corazón dispuesto.


Esta realidad se ve reflejada en el popularmen­te conocido movimiento “Cabin Porn”, creado por un grupo de amigos en Estados Unidos, es un compilado de imágenes de cabañas inspira­doras. Cuya audiencia es obsesiva y creciente, el sitio muestra fotos de sugestivas cabañas en entornos naturales, de arquitectura única e in­teriores cálidos.

El configurar un espacio, de protección en am­bientes naturales, el cual sea capaz de acoger­nos resolviendo las necesidades primordiales de modo especifico. Que logre dialogar de modo acorde en la dicotomía entre el adentro y el afuera; entre lo cerrado y lo abierto; entre lo vasto y lo minúsculo. Delineando un espacio interior diferenciado, capaz de absorber una vida interna única. Constituyen una invitación a detenerse, respirar, sentir la belleza y la se­renidad.


http://www.losandes.com.ar/article/arquitectura-sustentable-como-vivir-en-pequeno


jueves, 8 de diciembre de 2016

Te erijo una cabaña

Te erijo una cabaña

  

 (Versión de Riggas Kapato y Carlos Montemayor)





Te erijo una cabaña, por los siglos de los siglos.
Un jardín para pasear, un arroyo para contemplarte,
un cercado verde para que te refugies del viento
que atormenta a los desnudos, por los siglos de los siglos.
Erijo tu imagen sobre los cerros
para que ondee el atardecer tu falta con dos rosas, 
para que se incline el sol frente a ti sin que se oculte,
para que bajen los pájaros a beber en tus palmas
el agua de mis ojos de infancia, por los siglos de los siglos.