Tan solo contaba con 30 años, cuando un joven arquitecto ingles, Ralph Erskine se trasladó a vivir a la ladera de Lissma, cerca de Djupdalen (Suecia) . Llegó el invierno de 1941 con su mujer y su dos hijas recién nacidas; y en una parcela cedida por un granjero ( que también le prestó su caballo y trineo para el transporte) comenzó a construir su casa; con sus propias manos y con la ayuda de Aage Rosenvold, un danés que estaba realizando un curso de ladrillo y desde entonces se convirtió en su socio. Cogiendo piedras del lugar, ladrillos de un antiguo horno y demás materiales de desecho, como un antiguo somier de cama, a modo de armadura del hormigón; Erskine y Rosenvold empezaron a construir esta cabaña, que se conoció con el apodo de “The box”.
Con unas modestas dimensiones de 6 x 3,6 x 2 m de altura y una única habitación, funcionó como vivienda habitual de la familia hasta 1946. El espacio interior se dividía mediante una chimenea, en cocina y el estar, que también hacia las veces de dormitorio y sala de trabajo. La cama (también utilizada como sofá) se levantaba mediante unas poleas hasta el techo, con el fin de despejar la estancia durante el día. El escritorio de trabajo, podía abatirse del armario que estaba en la pared norte, que hacia las veces de aislante. En el exterior de esta pared se apilaban en invierno troncos de madera con el fin de mejorar el aislamiento en esta orientación más fría. No había cuartos de baño ni agua corriente; el agua la llevaban del pozo hasta la casa.
El volumen es una especie de voladizo sobre un basamento de piedra. Cegada con un muro norte, fuertemente aislado; la vivienda se abre en la orientación sur mediante unas ventanas de vidrio doble, donde se disponían plantas y demás objetos, proporcionando un bonito mirador en lo alto de la ladera; como bien expresan los dibujos a pluma de Erskine.
La casa estaba enclavada en una zona boscosa donde eran habituales las nieves, la tienda más cercana estaba tres kilómetros distancia que Erskine y su mujer solían recorrer esquiando o en trineo.
Ralph Erskine aunó modernidad y los sistemas tecnológicos que ofrecía la época, con la visión de otras arquitecturas vernáculas, donde se encuentran respuestas directas a los condicionantes climáticos de cada lugar. Podemos estar pues, ante uno de los primeros arquitectos que mejor empezó a entender los recursos que le ofrecía el lugar, con la finalidad de emplearlos eficazmente en su arquitectura; como puede verse en sus estudios expuestos en el CIAM 1959.
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