El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

domingo, 21 de abril de 2013

Yo vi... (de vivir)



Popcornandpretty © tumblr 


Yo vi en las hojas temblando 
las frescas lluvias de abril. 

(Antonio Machado) 






Taorureba 
taoruru mama no 
niwa no kusa. 

"Las hierbas del jardín. 
Caen. 
Y descansan al caer." 

(Ryôkan)




Un haiku es un koan. Algo escrito sin sentido aparente. Hasta que convertimos nuestra experiencia en la llave que abre el haiku. Y lo traduce a nuestra confundida mente.
Un haiku es casi más difícil de leer que un koan, porque bajo su levedad sintagmática y su naif enunciado esconde la sabiduría de los seres ordinarios.
El haiku nos iguala a todos en la experiencia del frío del invierno,del canto inesperado del agua en un arroyo de verano, de la tristeza del otoño, y la premonición de la propia muerte en cada pérdida humana. 
El haiku elimina las distorsiones del yo subjetivo, del ego que se corona poeta, y nos habla de las moscas que se posan en el arroz mientras trato de escribir el haiku, de las coles que crecen al fondo del jardín y de la fiebre que tengo en verano por las picaduras de las pulgas en mi cabaña de la montaña. 
En el haiku termina toda promesa de paraíso. 
Nos obliga a descubrirlo exclusivamente en el aquí y en el ahora de esas picaduras de pulgas, de las moscas apareándose sobre mi arroz o del ladrido del perro del vecino que sale a pescar a la luz de la luna. 
La poesía es la vida. Con sus párrafos inesperados, desabridos, o inacabados. 
Y los resultones también. Con todos ellos. 
Para leer un haiku hay que haber leído antes nuestras propias vidas y saber descifrar nuestra particular gramática. 
Sólo entonces comprenderemos que el autor del haiku ha realizado la mayor pirueta: eliminar al "yo" que escribe el haiku para dejar que su lugar lo ocupe la vida. 
La realidad que puedo identificar en mi propia experiencia. 
Cuando un haiku se abre completamente para nosotros, hemos comprendido un koan. 
Y eso es una proeza. 
Porque hemos comprendido algo de la vida que somos. 

PD: Para leer haikus en castellano os recomiendo hacerlo de la mano de Octavio Paz, uno de los mejores traductores de haikus al castellano, para mí, el mejor. Una faceta muy poco conocida del gran escritor, gran erudito y gran amante de la cultura japonesa. 
(Escrito por: gyantse



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