El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

miércoles, 24 de junio de 2015

La vida trae vida


Nueva vida para viejos saberes

El colectivo de músicos y artistas El Naán impulsa la Universidad Rural Paulo Freire en Palencia
J. A. VÁZQUEZ | A. TZIGANE. Palencia 2 SEP 2014 
(http://elpais.com/elpais/2014/09/02/planeta_futuro/1409653787_433120.html)



El Naán en directo. / CORTESÍA DE EL NAÁN


Podría ser un grupo musical al uso, con sus conciertos, sus discos, sus seguidores, su Facebook... Pero en El Naán decidieron ser algo más, ser una singularidad en el mundo de la música. Incorporaron otros elementos visuales y escénicos en sus espectáculos y, a la vez, se implicaron a fondo en proyectos vitales colectivos que tienen que ver con el mundo rural y las raíces de la sabiduría popular. Las mismas raíces que dan vida a sus creaciones. Música, creación, vida… las fronteras se difuminan.

Y es en el pequeño pueblo palentino de Tabanera de Cerrato, en el corazón de Castilla, donde han establecido su centro de operaciones. "Tabanera es un ejemplo vivo de la despoblación que asuela estas comarcas. En 1950 tenía 750 habitantes; hoy apenas llega a 40 personas en los meses de invierno. Algunos de los miembros del grupo nos hemos hecho la casa en el pueblo, reciclando pajares de adobe o alguna de esas casas abandonadas del barrio antiguo", cuenta Héctor Castrillejo, uno de los miembros de El Naán.

Allí es donde han impulsado la creación y dan aliento a las actividades de la Universidad Rural Paulo Freire del Cerrato para recuperar la memoria de los viejos saberes y, al mismo tiempo, explorar nuevas iniciativas, crear algo nuevo desde la raíz: "Muchos de los miembros de El Naán venimos del activismo social, educativo, internacional e indigenista. En ese viaje vital conocimos el proyecto de Amayuelas de Abajo, que propone las universidades rurales como forma de recuperar lo mejor de la tradición y de las sociedades campesinas. Sociedades sostenibles e integradas. Una forma de recuperar la dignidad y la sabiduría de nuestros ancestros y luchar por un mundo rural vivo", indica el músico. La citada de Amayuelas de Abajo es una de las iniciativas más pujantes y con más trayectoria dentro de la red de Universidades Rurales Paulo Freire, en la que se enmarca también la de Tabanera de Cerrato.

Héctor Castrillejo no es solo uno de los componentes esenciales de El Naán; también está entre los impulsores de la Universidad Rural del Cerrato, de la que sigue hablando con entusiasmo: "El lema de la Universidad Rural es que no es maestro quien sabe contar, sino quien sabe hacer. Desde este principio, cualquiera que sepa un oficio o un arte puede enseñarlo a los demás. Nace de la filosofía de la Institución Libre de Enseñanza y las misiones pedagógicas que en la República fueron tan importantes y en las que se conectaba mucho con lo artístico. Como en los proyectos que desarrolló Federico García Lorca, por ejemplo, llevando la cultura y el arte a las zonas rurales aisladas, o Paulo Freire en Brasil".


La vida trae vida

De este modo, la Universidad Rural se establece como un lugar de simbiosis, de intercambio de conocimientos: "Cualquiera que contenga una sabiduría puede transmitirla. Las personas mayores son bibliotecas vivas de conocimientos esenciales que corren el peligro de desaparecer. Conocimientos acumulados y transmitidos desde hace miles de años. También traemos profesores y profesoras de renombre. Esto nos sirve para darnos cuenta de que los conocimientos populares son tan importantes como los académicos. Ha habido cursos de etnobotánica, de plantas medicinales, doma natural de caballos, bailes, danzas del mundo, percusiones tradicionales con Eliseo Parra o de creación literaria con Julio Llamazares". También el propio entorno del pueblo abandonado y en proceso de recuperación ha servido como soporte para experiencias artísticas, como la exposición/instalación colectiva titulada Casas cuerpo.


La banda, en directo. / CORTESÍA DE EL NAÁN


Una dinámica, en definitiva, que aporta vida al entorno rural donde se establece por medio de la conexión con la raíz, que hace reverdecer las hojas gracias a esta transfusión de savia nueva: "Se trata de volver a crear energía, acción, movimiento… Una catarsis de vida que dé la vuelta a la inercia de la despoblación. Para nosotros sería más cómodo mover todo esto en una gran ciudad, pero apostamos por nuestra tierra y nuestra gente. Es algo contagioso y en solo dos años varias personas y familias se han venido a vivir a Tabanera. Algo asombroso que rompe con una tendencia de décadas. La vida trae vida".

Código de barros

El Naán acaba de publicar su segundo disco, Código de barros, después de una campaña de micro mecenazgo. Este álbum será publicado también en otros países por la discográfica ARC Music después de haber aparecido en el recopilatorio The ultimate guide to Spanish folk, del mismo sello: "En Código de barros la inspiración surge de esta parte abandonada del pueblo de adobe. Son casas que no se caen: se van deshaciendo lentamente en chorreras de barro. Poética, estética… Y, conceptualmente, tiene una fuerza tremenda".

La propuesta artística del grupo parte de las tradiciones musicales y líricas ibéricas, pero incorporando otros elementos, como la inspiración norteafricana o afrocubana: "Partimos de nuestra tradición, la castellana, para buscar los puentes de unión con las músicas de raíz de todo el planeta. No somos recopiladores. No queremos hacer lo que hicieron nuestros antepasados, sino lo que ellos harían hoy". Todo ello construido a través de un proceso creativo que tiene mucho de reflexión: "Damos mucha importancia a las letras, que son propias: poemas y textos que nacen al mismo tiempo que las melodías y que tienen algo que contar. A menudo, la música tradicional evoluciona buscando nuevas sonoridades y fusiones, pero los textos pocas veces se han investigado. Nosotros hemos trabajado en ellos de la misma manera que en la música, estudiando la tradición lírica popular y la tradición oral para buscar una línea que venga de la raíz tradicional, pero que sirva para hoy. Tradición transformada en emoción para el siglo XXI", indica Castrillejos



Sobre el escenario, de hecho, dejan volar su imaginación más allá de la música incorporando en sus espectáculos otras artes visuales y escénicas que viajan desde la videocreación al teatrillo de títeres: "Además, recuperamos la suerte del rapsoda, el recitador de versos, brindis y poemas, que se integran en el espectáculo". Héctor Castrillejo es quien más se ocupa de la faceta poética y de la puesta en escena, mientras que Carlos Herrero, otro de los componentes investiga los ritmos y las melodías, en un proceso creativo que se va modelando con la aportación del resto del grupo.


Letra y Música original de El Naán 2014
El ritmo de las panaderas es un juego, una prueba de habilidad que nace frente a una mesa vacía. En los años de hambre verdadera, por estos lares, con las manos y las mesas vacías y sin instrumentos engañábamos al hambre con estas canciones de tribu y de cocina. Así nuestras abuelas y abuelos consiguieron ser "más list@s que el hambre".
Está grabada en directo, de una sola toma, en el desván de la antigua "Casa del Baile" de Tabanera de Cerrato, por donde aún revoloteaban las notas y las musas.
Música : "Panaderas de Pan Duro (Hard Bread Bakers)", de El Naán (Google PlayiTunes)





http://elpais.com/elpais/2014/09/02/planeta_futuro/1409653787_433120.html



martes, 23 de junio de 2015

Prospecto





Resultado de imagen de ansioliticos


PROSPECTO
(SZYMBORSKA, W.)

Soy un ansiolítico.
Actúo en casa,
hago efecto en la oficina,
me presento a los exámenes,
comparezco ante los tribunales,
reparo tacitas rotas.
No tienes más que ingerirme,
Ponme debajo de la lengua,
No tienes más que tragarme,
Con un sorbo de agua basta.
Sé enfrentarme a la desgracia,
Soportar malas noticias,
paliar la injusticia,
llenar de luz el vacío de Dios,
elegir un sombrero de luto que favorezca.
¿A qué esperas?,
Confía en la piedad química
Todavía eres un hombre/ una mujer joven,
Debes seguir en la brecha.
¿Quién dice
que vivir requiere valor?
Dame tu abismo,
Lo acolcharé de sueño,
me estarás para siempre agradecido/agradecida
por las patas sobre las que caer de patas.
Véndeme tu alma.
No te saldrá otro comprador.
No existe ningún otro diablo.

SZYMBORSKA, W. (1997: 76) Paisaje con grano de arena, (tr. de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski), Editorial Lumen, Barcelona

http://elcalamartevigila.zonalibre.org/archives/szymborska,%20wislawa%20-%20paisaje%20con%20grano%20de%20arena%20v1-0.pdf



lunes, 15 de junio de 2015

Pensamiento borroso y su reflejo













Te tuve
(Ángel González)

Te tuve 
cuando eras 
dulce, 
acariciado mundo. 
Realidad casi nube, 
¡cómo te me volaste de los brazos!  
Ahora te siento nuevamente.
No por tu luz, sino por tu corteza,
percibo tu inequívoca
presencia,
... agrios perfiles, duros meridianos,
¡áspero mundo para mis dos manos!




jueves, 11 de junio de 2015

LLuvia




Lluvia
Federico García Lorca

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentágrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje! 



viernes, 5 de junio de 2015

No hay nada superior a las leyes de la naturaleza (Walden)






"¿De qué sirve una casa si no se cuenta con un planeta tolerable donde situarla?".

(Henry David Thoreau)









“El mal que hacen los hombres les sobrevive”.
WILLIAM SHAKESPEARE, Julio César, III, 3




miércoles, 3 de junio de 2015

Un journal. La "cabane d'hiver" de Fred Griot



Fred Griot
cabane d’hiver – le journal du journal
(extraits choisis)





08.09.12
Paris.
grand beau temps frais. encore.
lendemain de cuite et de fumée.
envie d’une cabane où casser du bois. marcher.

11.09.12
Paris.
petite pluie quasi continue depuis hier au soir, après la tombée de la nuit. c’est une pluie gentille, légère, fraîche, mais tenace.
je commence à prévoir mon hiver : du travail avant tout, que je vais mener dans une alternance de lieux (bords de mer, cabane sur causses, différentes villes et montagnes…). cela, sans doute, permettra d’avancer mieux, par l’isolement d’abord, et puis par le renouvellement des environnements, des airs, des rythmes, des activités qu’ils induisent.

09.01.13
Paris.
pourquoi encore écrire un livre ? parce que pas arrivé. pas près de…
retraite causses du Larzac :
dans le sac emporterai : carnets, trois manus, ordi, whisky écossais, fusains, stylos, habits de montagne, une lampe de chevet pour écrire, pas mal de livres, les « grosses » de marche, etc…
pourquoi si important pour moi ce projet d’aller m’y retirer, cette portée réelle et symbolique ? sans doute parce que, souvent, il y a eu pour tout mes livres des lieux importants pour avancer de façon décisive ou pour les finir :la plui en bord de mer dans les dunes du Cotentin, UUuU dans la vallée des Merveilles, bref sur les Causses ?

20.01 au 20.02.13
dans la cabane

20.02.13
Paris.
soleil, léger voile de nuages fins.
le prunier est là. il a de toutes petites pousses fraîches de feuilles, vertes, tendres, presque blanches. les tulipes et narcisses ont fait aussi de grandes feuilles. la mousse a envahi le gazon.
retour dans la multitude des villes.
la densité.
la subtilité et la complexité des organisations, et des schémas sociétaux. la rapidité, célérité aussi des échanges, des déplacements, de toute activité. une accélération par rapport à ma vie du Causse.
retrouver aussi quelques futilités, dans la recherche du confort et de la distraction en particulier, dès l’observation des gens dans le TGV. mais rend-il heureux ce mouvement de l’homme, de l’animal homme, vers ce désir-là ? ressent-il ensuite, une fois satisfait, à satiété, du bonheur ? où n’est-ce qu’une fuite, toujours, en avant, affrétée, armée par le désir, insatiable, insatisfiable ?
j’ai été aussi, fortement, violemment, dans ces élans-là. le suis-je encore aujourd’hui ? j’ai la sensation, peut-être fausse, mais d’avoir atteint un détachement, relatif encore, de ce type de mouvement-là, violent, frénétique, exacerbé, en partie illusoire…
boulots de retour, courriers, mails, messages, gestion… même si j’avais déjà avancé en grande part cela dans la cabane. puis violent coup de barre, revenir alors à écrire comme activité calme, de fond, lente… l’occasion aussi de penser, réfléchir un peu, essayer de chercher en soi à ressentir ce que j’ai vécu là-bas. même s’il est sans doute encore trop tôt, bien trop tôt, pour saisir ce qui a pu s’y passer, s’y jouer.
j’ai repris le rythme d’ici de façon quasi immédiate : est-ce les situations, les habitudes que l’on y a qui impriment aux lieux leur rythme, ou les lieux qui induisent eux-mêmes des rythmes ? une conjonction des deux plus sûrement, mais, en tout cas, les rythmes sont fortement attachés aux lieux, et on les retrouve de suite. et puis ce sont souvent les cadences prises dès les premières heures, les premiers jours qui perdurent ensuite, et font loi et genre.
lecture d’extraits de Walden ou la vie dans les bois de Thoreau, que je n’avais encore jamais lu.


21.02.13
Paris.
beau.
sur le Causse j’ai finalement pas mal écrit : environ 80 feuillets, mais pas complètement là où je l’attendais, puisque ce ne fut quasi exclusivement que dans le journal . cela sans compter les relectures, qui sont d’un autre ordre.
presque étonnant d’être en soi si vite passé d’un univers à l’autre, sans période de réadaptation… peut-être que, par le fait d’être seul, on a plus le loisirs, la possibilité de penser au retour, de savoir que l’on rentre dans 5, 4, 3 jours, de s’y préparer…
moins ici dans l’observation attentive de toute chose, petits faits, petits bruits… c’est que je suis ici probablement plus dans l’action, et qu’il n’y a pas ce silence de fond, qui amène à écouter autant.
qu’est-ce qui s’est passé là-bas ? je ne sais pas bien. peut-être le saurai-je mieux, plus, lorsque j’attaquerai la relecture des pages du journal de la cabane d’hiver pour le projet d’édition papier que l’on m’a proposé…
ne pas parvenir à se taire, c’est peut-être ça écrire.
collecter tout. babiller toujours. dire et nommer, maniaquement. au contraire du silence des bêtes.

22.02.13
Paris.
le voyage décante peu à peu… le rythme plus lent, plus posé pour être exact, que j’avais là-bas… ici vite emporté dans des vitesses supérieurs, pour tout faire… mais peu de temps pour moi, libre, ces jours-ci, pour regarder, penser, laisser faire cette décantation…
ceci dit, ces rythmes ce sont essentiellement ceux que l’on a en soi-même, que l’on crée, s’impose en soi-même. ce sont les rythmes d’une personnalité, sans doute bien plus qu’imposés par les faits extérieurs.

23.02.13
Paris.
gris, froid.
à ne pas faire grand chose, mais au calme.
à continuer de lire le journal de Bergounioux et c’est amusant d’y retrouver parfois des amis, mais là ce sont certains qui sont déjà passés à la maison, et qui plus est avec qui il passe du temps sur une partie des Causses que je connais particulièrement bien pour y avoir travaillé, et d’où je reviens.
qui plus est, et c’est assez étonnant, et je le découvre que maintenant, il en parle dans les exacts mêmes termes que j’ai pu utiliser : il voit, lui aussi, les Causses comme un vaste memento mori… coïncidence.

24.02.13
Paris.
quelques flocons, très rares, dispersés. certaines des feuilles des tulipes et narcisses ploient sans raison apparente.
à retravailler la partie du journal sur le Causse : cabane d’hiver, pour son édition, à part, en livre papier. relire, unifier, poser dans l’espace ainsi le texte avec, déjà, un léger recul, et ce n’est plus une écriture « à chaud » mais passer d’une écriture dans le temps de sa réalisation, qui contenait alors déjà dans le temps-même de son émergence les perspectives des lignes, des bords, du volume, de l’espace narratif d’un objet se modelant mais sans en avoir la vue générale, « détourée », à la réalisation d’un objet autonome, en soi, « détaché ».
mais je peine : je n’arrive à revoir qu’un chapitre par jour, et c’est truffé de fautes, de redites. c’est que c’était une version « work in progress » même si je m’étais attaché à relire, corriger, modifier au mieux. c’est la période du travail ingrate, laborieuse, ennuyeuse où il faut se cravacher pour se tenir à l’ouvrage.
ceci dit les redites, les répétitions sont la marque d’une réalité, et aussi celle du temps, de son tempo de base, appuyé, réitéré, lancinant.
ce qui reste 5, 6 jours après ce voyage, qui semble si loin déjà, c’est le silence. c’est l’écoute.
ce que j’étais allé chercher. ça tombe bien.
et toujours aussi curieux de voir que tout le reste s’efface si vite, la quantité des petits faits quotidiens, des petits ressentis quotidiens, déjà, perdus, alors que sur place, au moment de les vivre, ils étaient si prégnants, et constituaient même ce que l’on sent, ce qui passe dans notre chair des jours.
les objets que l’on touchait avec la peau, qui concrètement parfois nous heurtait, nous blessait, nous caressait, que notre rétine avait concrètement « sous les yeux », les situations que l’on éprouvait, disparaissent déjà dans le brouillard, dans les strates sédimentaires du cerveau, de la mémoire, constituant une nappe, vague, de la souvenance, étymologiquement qui « vient sous », une couche recouverte par les autres faits, actuels, ceux vécus, surgis dans le vivace actuel. comme disait Schrödinger, et je le répète ici, « le présent est la seule chose qui n’ait pas de fin », qui ait une constante de l’actualité. le passé lui passe, s’efface, trépasse, a traversé (c’est son étymologie). mais me reste donc cette sensation, cette expérience de l’écoute, centrale.
mais elle peut se pratiquer partout. il n’y a pas que le silence à écouter.
l’écoute c’est l’attention. une tentative, une tension, une aspiration vers une attention, pleine, ouverte, sans limite, sans dualité, sans différenciation, sans le filtre des images à priori que nous avons de tout.
de ce passé, l’écriture en garde certes une trace, mais une seule, parcellaire, choisie, sélectionnée, travaillée, et qui donc ne correspond qu’en très peu au présent de la sensation vécue. mais cela aussi sera oublié.

25.02.13
Paris.
bruine.
à faire des dossiers, et corriger cabane d’hiver.
les jours rallongent.

26.02.13
Paris.
soleil timide.
troisième journée à retravailler cabane d’hiver. et du mal à me mettre à autre chose tant que ça ne sera pas fini.
la journée passe en coup de vent. 19 h et pas eu l’impression qu’elle ait défilé, à peine à se souvenir ce que j’ai fait le matin.

27.02.13
Paris.
gris, humide, mais relativement doux.
juste cette bizarre impression de bosser toute la journée et de ne pas savoir vraiment ce que l’on a fait. peut-être est-ce dû au fait que j’ouvre des chantiers, des projets, et n’en referme aucun ?
je reçois de nombreux messages concernant mon journal, et en particulier ces dernières semaines au sujet de celui sur le Causse cabane d’hiver. il y a quelque chose qui parle donc là aux autres. je ne sais pas exactement quoi (probablement la tendance du propos à une portée générale, une universalité qui nous concerne tous), pourtant je perçois bien la teneur du ton et la nature du lieu, de la source, la « qualité » du terrain d’où vient le propos lorsqu’il fonctionne à peu près, et porte, alors même qu’il ne fait que tenter, et cherche sans certitude.
ai opéré une sélection de photos pour le livre sur le Causse, après avoir remanié, corrigé le texte. longues séances, travail pénible, une fois l’écriture faite, d’ainsi finaliser, fignoler, relire, revoir…

02.03.13
Paris.
temps gris clair.
couché à 5 h 30 du matin, levé à 9 h.
de mon séjour sur le Causse, dans la yourte, me reste le silence. l’écoute. essentiellement.
le reste disparaît peu à peu.

24.03.13
Paris.
ce que me laisse la cabane un gros mois après être rentré : une sensation d’avoir habité le temps. pour un moment. et de là en particulier la qualité de l’écoute. les autres souvenirs, ceux des faits (le froid, la neige, le seul, couper du bois, batailler, les longues marches…), restent, leur goût puissant subsiste, mais leurs présences s’estompent, ils perdent en prégnance, en importance de sens comparés au rapport au temps, à l’écoute, découverts, vécus là-bas…

25.03.13
Paris.
hâte de pouvoir publier ces livres en parole claire que je souhaite, et dont cabane d’hiver est peut-être l’un des premiers.

31.03.13
Paris.
soirée à écrire et à travailler la maquette de cabane d’hiver.

11.04.13
Paris.
à commencer à penser à ce que peut être une lecture publique de cabane d’hiver, accompagnée d’une improvisation musicale : quelque chose de calme, sobre, épurée, avec beaucoup de silence derrière les mots.

30.05.13
Paris.
toujours temps gris, pluvieux et frais. le ciel est si sombre qu’il fait presque nuit à 14 h.
il pleut, il pleut, le téléphone ne sonne pas une seule fois, je suis seul à la maison, tout est calme, tout juste au bord de l’ennui que l’on frise sans y rentrer, presque l’impression d’être dans la yourte de cet hiver, écouter la pluie tomber, dehors.
alors je fais du travail d’écrivain toute l’après-midi : relecture et affinages de la maquette de cabane d’hiver qui doit sortir en septembre, avant envoi à l’imprimeur.
ouvrir la fenêtre pour mieux écouter la pluie, mais elle se calme un peu, les oiseaux alors se remettent à chanter après l’averse.


ve 28.06.13
Paris.
je me fais un dimanche un vendredi, avant 15 jours à flux quasi continu.
mais je passe tout de même une bonne partie de l’après-midi sur les modifications presque terminales de cabane d’hiver, que nous devons remettre bientôt à l’imprimeur. livre, encore une fois, que j’ai choisi de maquetter moi-même, comme la plupart des autres, éprouvant le besoin de travailler le texte également dans cette zone, dans ce « volume », dans cette aire graphique.

sa 06.07.13
Paris.
chaud, soleil, quoique le ciel comme presque chaque jour de cette saison se charge vite en cumulus.
repos. une après-midi pour soi, seul.
je crois finir les modifications sur la maquette de cabane d’hiver.

me 10.07.13
Paris.
le beau, le chaud, l’ensoleillé toujours là.
matin : gestion, écriture.
après-midi : grimpe.
après les journées de grimpe, seul depuis plusieurs jours à la maison, je n’en finis pas de finir la maquette decabane d’hiver, je l’écris encore et même relis entièrement le texte, une énième fois, l’aère, précise encore quelques tournures, phrases, pensées…
mais ce soir j’en ai fini avec l’écriture (dont la maquette fait pour moi partie) 7 mois après être parti là-bas, sur le Causse…
comme une petite tristesse, mais j’attendais aussi cette fin pour avancer les autres projets en cours, avoir le temps, l’esprit centré, disponible pour eux.
rémanent : c’est-à-dire ce qui subsiste après disparition de sa cause.

ve 19.07.13
Paris.
chaleur qui écrase. 35 à la fenêtre. difficulté à travailler. à 17 h j’en abandonne l’idée.
cabane d’hiver est validé par la pré-presse et le photograveur. soulagé que tout soit passé, car nous jouions à la limite du contraste avec les photos.

me 07.08.13
Lyon.
levé tôt, j’ai très peu dormi. il a plu toute la nuit et ça continue au matin quasi uniformément. le ciel est gris, cendré, sombre. rompre…
je prépare mes lectures de septembre, en particulier celle de cabane d’hiver prévue à la maison de la montagne de Pau, et cela m’oblige, pour choisir les extraits judicieux, à relire une fois encore le texte. puis à se mettre le texte en bouche, chronométrer, imaginer même peut-être de casser du bois sur scène…
il pleut toujours, des cordes maintenant, un rideau d’eau à quelques centimètres de l’ordinateur, de la petite table de bois.

je 08.08.13
Lyon.
ciel très couvert, vent de nord.
lever tôt. méditation dehors, puis je nage un bon moment dans l’eau fraîche. ensuite café au bureau sur le petit balcon et je commence à travailler. il fait frisquet, et j’ai été refroidi par la baignade, j’enfile même deux vestes pour pouvoir ainsi écrire dehors.
je lis cabane d’hiver à voix haute : toujours étonnant de constater comment le timbre et le rythme de la voix d’un texte de suite s’impose, pour en varier ensuite très peu…



Ce livre, véritable vade-mecum, qui raconte un mois en forêt sous yourte, exprime totalement l’esprit du recours aux forêt qui nous est si cher depuis notre création. Etre en dehors des sentiers battus, raconter, et tout cela, du côté de Walden de Thoreau, du traité du rebelle de Jünger, mais aussi d’Arno Schmidt, de Knut Hamsun, de Kenneth White ou de Kerouac.

Fred Griot incarne ce thème, en ce début de 21ième siècle. C’est fragile. Pas facile. Cela dure juste un mois. Mais en un mois, l’auteur apprend beaucoup. La forêt — ici les causses — devient la métaphore d’une autre forêt libertaire : la pensée. Elle est une aire intermédiaire ; un lieu en suspension, en devenir ; un potentiel d’expériences.

Fred Griot est un Waldgänger, en allemand, c’est "celui qui a recours aux forêts". Ce n’est pas un anarchiste, ni un militant, ni un rebelle, ni un résistant non plus.

Fred Griot a publié en ligne sur la revue ce texte dans un work in progress grâce à une connexion internet cellulaire. Chaque semaine, il nous faisait partager tout cela. Fred devenait pour moi un hacker qui se branchait au réseau quand il voulait, pour envoyer ce qu’il voulait puis de débranchait et disparaissait.



Lecture-concert de "cabane d’hiver"

vendredi 27 septembre 2013, par Fred Griot

Causse... un mois, sous yourte… écrire, méditer, marcher, casser mon bois pour le poêle, quelques gestes simples… les buis, les grandes collines bombées, les grandes herbes, dolines, avens, les colonnes de roches ruineuses comme des chapelles romanes de cailloux secs, les pierres claires concassées des sentes, les pins sous la neige, les hommes... une terre pour laquelle je pourrais lutter.
Extrait de la lecture-concert de "cabane d’hiver" avec Fred Griot
Eric Groleau (batterie) et Olivier Leté (basse)
Alfortville, le 25 septembre 2013





http://www.larevuedesressources.org/cabane-d-hiver-le-hacker,2614.html