La inquietante simbiosis perdida del ser humano con la naturaleza
Ellie Davies
The Dwellings
The Dwellings series explores the artist’s changing relationship to built structures within the forest landscape, developing on previous work to examine the notion that we use landscape to find a sense of our own identity. Landscape can be seen as a cultural construct, obscured by layers of meaning that reflect our own cultural preoccupations and anxieties. Can we learn about ourselves by considering how we have come to see and make landscapes, as a result of our material needs, and the way this has shaped our relationships with the land?
The woodland Dwellings are made using a variety of traditional and improvised building techniques and created from materials gathered from the forest floor. Once completed, the structures function as signifiers of a creative process in which the artist inscribes and places herself temporarily and non-invasively within the forest landscape. These nest-like structures, reminiscent of the fairytale hovel, are a form of mark-making and explore the process of building in order to provide shelter, sanctuary, seclusion, and play.
The creation of each Dwelling illicits a childhood pleasure in building and making. The process ties the artist to the structure with a familiarity derived from being its creator, and brings with it a sense of ownership and territory; but this relationship is short-lived.
After a period of time each structure is revisited and photographed. The Dwellings take on their own personal identity, presence and potential, becoming inexplicably transformed into something independent from the creator, perhaps lonely, sometimes melancholy, and alien to the maker. Each has existed in the woods over a prolonged period of time, evading destruction, remaining in wait, possibly used by others. While some still seem newly made, others have begun to disintegrate and loose their form and function, the delineation between the structure and the woodland beginning to blur.
Any sense of ownership ceases to exist when construction of the Dwelling is completed; it then becomes part of the forest, and an entity in its own right. During the period of absence it is transformed into a shrine or totem of a past activity, and in doing so takes on a subtly threatening otherness in its vacancy; a persona that is both disturbing and intriguing to its creator.
Ellie Davies
Moradas
La serie Moradas explora la relación cambiante entre el artista y las estructuras construidas dentro del paisaje forestal, del desarrollo de trabajos anteriores para examinar la noción del uso que hacemos del paisaje para encontrar un sentido a nuestra propia identidad. El paisaje visto como una construcción cultural, oculto por capas de significado que reflejan nuestras propias preocupaciones culturales y ansiedades. ¿Podemos aprender de nosotros mismos, considerando cómo hemos llegado a ver y hacer paisajes, como resultado de nuestras necesidades materiales, y la forma en que esto ha dado forma a nuestra relación con la tierra?
Las Moradas del bosque se hacen usando una variedad de construcciones tradicionales y de improvisadas técnicas creadas a partir de materiales recogidos del suelo del bosque. Una vez terminadas, la función de las estructuras como significantes de un proceso creativo en el que el artista inscribe y coloca temporalmente y de forma no invasiva en el paisaje forestal. Estas estructuras de nido, que recuerdan la cabaña de cuento de hadas, son una forma de marca de decisiones y de explorar procesos de construcción que tienen como fin el proporcionar refugio, santuario, aislamiento y juego.
La construcción de cada Morada proporciona un placer infantil en su hacer. El proceso vincula al artista en la estructura con la familiaridad que se deriva de ser su creador, y trae consigo un sentido de pertenencia y de territorio, aunque esta relación sea de corta duración.
Después de un período de tiempo cada estructura es revisada y fotografiada. Las Moradas tienen su propia identidad personal, presencia y potencial, convirtiéndose inexplicablemente en algo independiente del creador, a veces de forma melancólica y ajena al constructor. Cada una ha existido en el bosque durante un período prolongado de tiempo, evitando su destrucción y posiblemente utilizada por otras personas. Aunque algunas parecen recién hechas, otras han comenzado a desintegrarse y perder su forma y función, la delimitación entre su estructura y el bosque ha empezado a desdibujarse.
Cualquier sentido de propiedad no solo deja de existir cuando se terminó la construcción de la Morada, sino que se convierte en parte del bosque, y una entidad en sí misma. Durante el período de abandono se transforma en un santuario o totem de una actividad pasada, y al hacerlo, toma una otredad sutilmente siniestra a su ocupación de origen, algo que es a la vez inquietante y fascinante para su creador.
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