El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

viernes, 24 de enero de 2025

Cabaña en Irlanda. El descubrimiento de una artista

La vida de una artista malagueña en una cabaña en un bosque de Irlanda.

Cansada de la vida de ciudad, desencantada de la necesidad de inmediatez, la artista Laura Zambrana (Zam.Rod) decidió “tomarse un año sabático” junto a su familia en una remota cabaña en el bosque en un pueblecito irlandés. Allí se redescubrió a sí misma y descubrió la Moth, la mariposa nocturna que ha sido su musa (y su alter ego) durante estos dos años.

Por Arantxa Neyra 





La vida en una cabaña en el bosque

“Las prisas, el estrés crónico, el materialismo, la obsesión con la belleza, comer en restaurantes sin parar, beber alcohol como lo más normal, estar conectado a todas horas a Whatsapp, Facebook, Youtube, Instagram, Linkedin, Telegram, TikTok, Snapchat, Twitter…, el email echando humo, agregadores de noticias, decenas de canales de televisión y varias plataformas de televisión de pago me hicieron querer bajarme del barco”. Así describe su punto y aparte Laura Zambrana, más conocida como Zam.Rod, una artista malagueña formada en Milán, que decidió echar el freno y dejarse llevar para ver qué le pedía el corazón. 24 meses después ha vuelto a Málaga, más reconectada consigo misma, con su familia y con un precioso –y simbólico– porfolio bajo el brazo, con obras creadas allí, que le han hecho redescubrir su pasión (y su talento) por la pintura figurativa, después de años dedicada a lo abstracto. Las piezas del puzzle comenzaron a encajar. Y ella está feliz de ver, ahora, la imagen completa
.


No vino de repente. Llevaba meses sintiendo la necesidad de seguir nutriéndose, de conocer gente interesante y de explorar artística y personalmente.“Meditar a diario y aplicar la técnica la ‘ley de la atracción’ me ayudaron a ‘alinear las estrellas con mi propia mano’. Dejar mi casa y mi estudio del centro de Málaga, guardar todos los muebles en un trastero, conseguir tres plazas en un colegio irlandés, encontrar una casa en una aldea de 1.000 habitantes, y lo más difícil, convencer a un marido que se estaba convirtiendo en un ‘señorito andaluz’ de salir de su zona de confort no fue sencillo”… Pero lo hizo. Y después hizo las maletas. Y se plantó en una pequeña aldea de apenas mil habitantes en lo más remoto del condado de Cork, desde donde, tanto ella como su marido, podrían seguir trabajando, puesto que son diseñadores ambos .




Una señal divina

Schull era un pueblo encantador, y la cabaña en el bosque un milagro, pero no pudo disfrutar demasiado de todas sus bondades, porque al poco de llegar, sufrió un duro revés: el ataque de un pirata informático que de un plumazo acabo con su trabajo y su esfuerzo de una década aniquilando su cuenta de Instagram. Quizás si le hubiese sucedido en España, esto hubiera tenido un final muy diferente, pero allí, “rodeada de naturaleza, con baños a dos grados y paseos descalza por el bosque, mucho más terapéutico que cualquier tratamiento de spa del mundo”, Laura creyó que el mundo, quizás, solo quizás, estaba tratando de decirle algo. “Mi cuenta de Instagram, @ZAMRODart y mis cuadros abstractos fueron hackeados. 10 años posteando mi evolución como artista, y mi principal canal de ventas, a la basura. Tal vez una lección del universo, porque esto ocurrió en el mes 2 de 24 que estuve en la llamada ‘isla esmeralda’. Un hacker turco me extorsionó durante cuatro meses a cambio de que le diera dinero para devolverme mi cuenta de Facebook e Instagram. Me robó y borró todo el contenido. Tras el terremoto de Turquía, el 6 de febrero de 2023, no volví a saber nada de él”.





Crisálida irlandesa

“Una vez sanada, entre el silencio de vivir en la falda de una montaña, respirar aire puro, oler a plantas salvajes mojadas, sentir el amor de mi familia y el apoyo de los nuestros en España, me sentí plena para empezar la torre de nuevo”, explica. “La inspiración me salía por las orejas”.





Allí fue cuando los frutos de todo este esfuerzo y la metamorfosis empezaron a hacerse realidad. “Estudiando la libélula a fondo para plasmarla en un cuadro abstracto XXL que estaba haciendo para una exposición, descubrí la MOTH, la mariposa nocturna, un lepidóptero que abunda en Irlanda. Quedé fascinada por sus colores, su tamaño, las formas geométricas y la suavidad de su pelaje. Estaba en proceso creativo, por fin, después de años, había encontrado el momento para hacer una colección en reposo, con sentido, plasmando bien mis ideas. Me quedé alucinada con su simbolismo. Era el paralelismo de lo que me estaba ocurriendo: la oruga, una vez dentro de la crisálida, desprende enzimas que descomponen su cuerpo y lo vuelven a formar. Así, se transforma en una magnífica mariposa, un símbolo de que, incluso en los momentos más difíciles, siempre existe la posibilidad de cambio y transformación”.


Desde entonces, Laura puso a un lado sus creaciones abstractas y se enfocó en las mariposas. “Compré material en la gran ciudad y pinté sin parar. Creé una nueva cuenta de Instagram, una página web con shop online, y disfruté enseñando mi arte exponiendo en galerías de la talla de LAVIT GALLERY en Cork”, cuenta.




Ahora, de vuelta, saca una interesante conclusión: “Yo nací con el don de dibujar. Mi pasión siempre ha sido el realismo. Mis nueve años de abstractos fueron una necesidad: desfogar por la tensión acumulada que había en casa con tres bebés y tener tiempo para ellos. La evolución al estilo figurativo significa que he madurado, que tengo tiempo, que me he ordenado y reseteado, que me he actualizado a un programa superior. Significa lujo, porque conlleva más tiempo realizarlo, y si lo tienes y puedes permitírtelo, significa que te has convertido en JEFA”.


https://www.revistaad.es/articulos/una-artista-malaguena-se-va-a-vivir-a-una-cabana-en-el-bosque-de-irlanda




jueves, 23 de enero de 2025

Cabaña contemporánea en Noruega

 Au milieu de la nature, la Skigard Hytte

En Norvège, à Kvitfjell, au sommet d’une montagne, sur une grille régulière de 45 colonnes en bois, s’élève la Skigard Hitte. Il s’agit d’une conception en bois réalisée par l’architecte norvégien Molk Ulnes, une cabane nichée en plein montagne à la fois fonctionnelle et esthétique.


© Bruce Damonte



Préserver la nature

Sur les hauteurs de la montagne se trouve une cabine de 144 m², elle semble en lévitation et se hisse à 1,5 mètres au-dessus du sol, permettant aux herbes indigènes sur lesquelles paissent les moutons et les vaches de pouvoir pousser en dessous. Il s’agit de la réalisation singulière de Molk Ulnes Architects, qui, à l’instar de ses autres créations, préserve la nature et utilise des matériaux biosourcés comme le bois.

Les diverses colonnes sont revêtues de Skigard, un long et étroit, bûche d’arbre coupée en quart qui est traditionnellement disposée en diagonale et utilisée principalement par les agriculteurs norvégiens comme clôture. Ici, Molk Ulnes Architects détourne cette utilisation, les dispose comme enveloppe de la façade, ce qui donne à l’ensemble un aspect atypique appréciable de tous.


Un clin d’œil aux constructions ancestrales

Le toit est envahi par la végétation. Notons par exemple la présence des graminées indigènes trouvées sur le sol en contrebas, cela rappelle les constructions ancestrales norvégiennes. La cabine est accessible par une série de de larges marches en bois qui mènent à une véranda. Cette dernière encadre la vue d’une vallée et d’une rivière en contrebas. Pas une habitation alentour, la nature est prédominante et le site est tout simplement exceptionnel.

À l’intérieur, la cabane en bois est divisée sur toute sa longueur en quatre espaces plus petits. Chacun des espaces est logé sous un plafond en forme de cône surmonté d’une lucarne. Les espaces peuvent donner le sentiment d’exiguïté mais ce geste architectural répond à l’intimité recherchée et aux diverses perspectives qu’offre le lieu. La Skigard Hytte est un petit bijou naturellement lovée dans son écrin de verdure.


© Bruce Damonte


©Bruce Damonte


© Bruce Damonte


© Bruce Damonte


© Bruce Damonte


Le site de Mork-Ulnes Architects : ici.
Les photos : © Bruce Damonte


https://www.detailsdarchitecture.com/au-milieu-de-la-nature-la-skigard-hytte/


martes, 21 de enero de 2025

Cabaña minimalista en Italia

En Italie, un charmant refuge signé Llabb

© Anna Positano, Gaia Cambiaggi (Studio Campo)


Un refuge de seulement 12 m², niché dans le somptueux Val Trebia, est le travail minutieux de l’agence d’architecture Llabb. Un exercice à part entière pour concevoir et construire une architecture minimaliste et ancrée dans son site.


Minimaliste et en relation avec la nature

Le projet est né de l’expérimentation d’un système simple et modulaire, entièrement en bois, qui répond aux besoins environnementaux et sociaux en commençant par une vie minimaliste et en relation à la nature. Les 12 mètres carrés sont conçus comme un espace de contemplation et d’introspection. Dans un environnement qui développe des thèmes modernistes à la recherche de flexibilité, ce lieu peut être un studio, une retraite, un salon de thé ou une maison d’hôtes. Le projet rappelle l’expérience artisanale des associés fondateurs de llabb. En effet, avant de fonder leur cabinet d’architecture, Luca Scardulla et Federico Robbiano ont commencé leur pratique en tant qu’atelier de menuiserie, installé dans un garage, à Gênes, en Italie.

La réalisation se trouve dans la vallée de Trebbia en Italie, au coeur des Apennins entre la Ligurie et Emilie Romagne, dans un emplacement loin de tout, méconnu et surtout farouche. Le projet prend ses sources dans la nature, part sur les traces d’anciennes terrasses escarpées, et construit son projet. Complètement monté à sec et détaché de n’importe quel réseau de distribution, l’ensemble rappelle parfois les salons de thé et tantôt les cabanes rencontrées dans les forêts scandinaves, bref, cette petite construction explore, dans toute sa modestie, une idée originale de l’espace et son environnement.


Entièrement en bois

Le volume rectangulaire, qui se tient au-dessus du sol et est positionné perpendiculairement à la pente raide. Seulement la porte d’entrée est visible, marquée par une arrivée prononcée et accessible par une passerelle. Les murs qui définissent la cabane et qui l’enferment sur trois côtés sont revêtus de planches de contreplaqué disposées horizontalement. Le quatrième côté qui se trouve face au sud-est, s’ouvre sur la vallée. L’espace intérieur se prolonge en terrasse séparée par quatre panneaux vitrées sur toute la hauteur, l’un des panneaux peut être ouvert.

Une petite fenêtre longitudinale apparaît du côté sud-ouest. Les planches des trois murs extérieurs sont montés de manière à laisser un écart situé de part et d’autre de l’entrée et à côté est de la terrasse, produit un effet filtre. Au niveau du sol et au sommet de la cabane les corniches courent sans interruption. La construction est soutenue par quatre supports métalliques, équipé de larges bases qui reposent sur des lits de grès. « La simple modularité de la structure la rend facilement évolutive et adaptable à de compositions différentes. La simplicité de construction, l’impact minimal sur la terre et l’utilisation des ressources naturelles des matériaux qui proviennent localement permettent une installation respectueuse sur le site naturel. « Le projet incite les êtres humains à renouer avec la nature. » Déclare Luca Scardulla. En entrant dans cette cabine, la vue sur la vallée ci-dessous semble offerte. Le niveau d’entrée comprend un comptoir qui longe tout le mur droit et guide le regard du visiteur vers l’extérieur, il sert de siège, de bureau et d’espace de rangement. Le troisième et dernier niveau vers le bas possède la plus grande superficie. Le mur qui cache la petite salle de bain accueille un lit dépliant, qui, lorsqu’il est ouvert, flotte au-dessus du canapé. L’été le soleil produit une variété de motifs d’ombre et de lumière à l’intérieur à différents moments de la journée.

«Nous avons porté une attention particulière à la conception de l’espace intérieur. Minimal et flexible, l’espace semble léger et contemplatif. L’interaction entre différents niveaux offre la possibilité de mieux gérer les espaces de stockage et les compartiments techniques, tandis que l’ensemble contribue à la définition d’une atmosphère gracieuse. » Souligne Federico Robbiano.


D’après une expérience artisanale

La conception est née comme un besoin venant de Luca Scardulla et de Federico Robbiano, les deux fondateurs à llabb, pour transmettre à leurs collaborateurs le savoir qu’ils avaient acquis dans les années précédentes l’ouverture de l’atelier. Leur carrière a commencé en 2013 dans un garage à Gênes qu’ils ont converti en atelier. Là, en tant que menuisiers autodidactes, Luca et Federico ont appris l’art de réaliser, concevoir et fabriquer des meubles sur mesure. Au fil du temps, leur l’expérience artisanale a guidé l’architecture des projets développés par l’agence, qui ont a toujours gardé des traces de l’attention aux détails et le soucis de la précision. Les murs, le sol et le plafond de cette cabane ont été pré-assemblés à l’atelier, ils sont composés de Contreplaqué Okoumé, un bois choisi pour sa résistance aux intempéries. Les façades sont montées sur des lattes d’espacement de manière à créer un vide d’air entre la façade et les murs, ce qui améliore l’isolation et la performance. Le toit est fait de tôle ondulée. Au-dessus, deux panneaux photovoltaïques, reliés à des batteries, sont installés. Le prototype est conçu pour être totalement autonome et hors réseau d’égouts, grâce à l’existence des toilettes compostables et des bidons d’eau. Cependant, la structure peut facilement être raccordée à un réseau d’égouts et de l’approvisionnement en eau. La cabane de Val Trebia est un petit bijou à découvrir sans tarder.



© Anna Positano, Gaia Cambiaggi (Studio Campo)


© Anna Positano, Gaia Cambiaggi (Studio Campo)


© Anna Positano, Gaia Cambiaggi (Studio Campo)


© Anna Positano, Gaia Cambiaggi (Studio Campo)



Le site de l’agence d’architecture Llabb : ici.Les photos : © Anna Positano, Gaia Cambiaggi Studio Campo



https://draft.blogger.com/blog/post/edit/228787287723518540/5112241592637690659?hl=es



viernes, 17 de enero de 2025

Aún no se lo he dicho a mi jardín. Un refugio de paz.

Cuando el jardín es la salvación a tu enfermedad

"Aún no se lo he dicho a mi jardín", el libro de la italiana Pia Pera que explica cómo encontró la felicidad, en su enfermedad terminal, volviendo a la naturaleza; un homenaje a la vida convertido en su testamento literario

Pia Pera, autora de "Aún no se lo he dicho a mi
jardín",con Macchia, en la casa que reconstruyó y
 convirtió en su refugio de paz. E. Naturae


Núria Escur
11/05/2021 

A pesar del anuncio de una enfermedad degenerativa encontró la felicidad. Tras pasar media vida buscándola fuera, allí estaba, ¡delante de sus narices!, a tres metros del comedor: un jardín y un huerto. Ni pertenecer a una familia culta y excéntrica, ni estudiar Filosofía ni doctorarse, ni enseñar Literatura Rusa en la Universidad en Trento le había enseñado tanto. Ni escribir dos novelas ni traducir a Chéjov y Pushkin. Lo dejó todo para hacerse cargo de una finca abandonada y transformarla en un espacio de belleza salvaje.

Una tarde, en una librería de Mantua, los ojos de la italiana Pia Pera se posaron sobre un librito: “Poemas religiosos", de Emily Dickinson. Llegó al número 50, titulado "Aún no se lo he dicho a mi jardín" y le pareció una lección activa, una buena actitud revolucionaria ante la muerte. "Sugiere que llegará un día en que el jardinero no se presente a la cita habitual. Eso el jardín no lo sabe. Cesarán de repente todos los cuidados; pero la naturaleza volverá a ser la única fuerza".


De los campos en plena primavera decía Pia Pera sacar fuerzas . (Emili Vilamala)


De ahí el título. “Aun no se lo he dicho a mi jardín” (Errata Naturae), de la italiana Pia Pera, nos consciencia de la fascinante aventura que es, sencillamente, estar en el mundo. Apenas acompañada de los suyos, sin permitir la invasión, y de su perro Macchia, el jardín le permite cerrar en paz el círculo de su vida. Reproducimos doce fragmentos de su libro. Pía murió el 26 de julio de 2016, a los sesenta años.


Una de las entradas de la casa de Pia Pera, autora de Aún no se lo he dicho a mi jardín E.N.
  

Serenidad: piensa en ti. “Siempre he vivido, aun cuando no lo parecía, entre objetivos y proyectos; o quizá sea más apropiado decir que sufría las expectativas de quien quería algo de mí. Porque en el fondo siempre me he visto así, sin objetivos dignos de mención (…) Ahora que me siento como uno de aquellos desechos, noto una serenidad distinta, una serenidad por primera vez auténtica y profunda. Que se libera cuando el cuerpo ha perdido parte de su espesor”

Calabacines y fresas. “Otro espléndido día. Le he pedido a Giulio que plante en el huerto las plántulas que compramos ayer mientras Giovanni podaba la higuera: cuatro calabacines, seis pepinos, seis coles negras de Milán, una caja de semillas de judías verdes, ocho clavelones, diez fresas, dos dalias y diez garras de espárragos violetas. Bendito paseo por el jardín".

Los años y la belleza. “No cabe duda de que ya no soy atractiva a ojos ajenos; sin embargo, ahora me siento más vinculada interiormente que nunca a una especie de belleza y armonía impalpables. Una belleza que va revelándose, mientras me apago, a medida que se extingue la presunción del yo, el apego por el mundo. Me siento reabsorbida por algo más amplio que yo”.


Dejó crecer libremente la naturaleza alrededor de la casa, le gustaba el aspecto salvaje que adquiría (E.N).


Permiso para mandar. “Creo que con el bastón en la mano no permitiría que nadie pasara por encima de mí; plantaría cara. Este bastón me transmite auténtica alegría, satisface mi inclinación al despotismo; cuánto me gusta decir a los demás lo que ha de hacer. He tenido que enfermar para descubrir que, en el fondo, dar indicaciones es más gratificante que la agotadora autosuficiencia. Antes me imponía hacerlo todo sin ayuda, por puro puritanismo”.

Lo bueno de la enfermedad. “Es precioso estar sentada al aire libre y limitarse a mirar. Todo es exactamente tal y como debe ser. Nada chirría”.

El mes de mayo. “No recuerdo un mayo tan frío (…) La cándida rosa de Ispahán parece alegrarse de este tiempo. Nunca he visto estas rosas así de bonitas y frescas, bien conservadas por esta temperatura y esta humedad, que realza sus colores. Macchia me sigue mientras paseo, con un palito en la boca (…) Hoy me he pasado casi todo el día tumbada leyendo, intuyendo los cambios de luz a través de la ventana".


Primavera en el Jardín Botánico de Barcelona. Juan María Pérez Samper
 

Decidir el final. “Grimaldi ya no quiere morir porque estar enfermo, sino porque la vida ya no le dice nada (…) Cuando me toque a mi, me gustaría estar sola. Quiero tener la posibilidad de decidir que un día me iré, pero no rodeada de gente esperando a que pase lo que tiene que pasar y que, en cierto modo, me meta prisa. Si se me ocurre leer una última página, escribir una carta, escuchar una canción, quiero poder hacerlo. Si me entran ganas de llorar, de hacer muecas, de cantar a pleno pulmón, de acurrucarme, quiero poder hacerlo sin que me vean. Me gustaría beberme lo que hay que beber tumbada en la cama, apagar la luz y ponerme de lado, con la cabeza en la almohada, como me acuesto todas las noches”.

Estás donde quieres, no te fuerces. “Me he vestido con esmero para ir a un almuerzo literario. Cuando llego al coche, se apodera de mí el desaliento al pensar en enfrentarme a la autopista y al calor, en llegar ya exhausta, y se me quitan las ganas. Vuelvo a casa, me cambio, caigo en la cuenta de que me basta con la compañía de las flores -la amarilis blanca que acaba de abrirse, la Epiphyllum ackermannii escarlata casi marchita, las espigas de acanto- y de Macchia. ¿No estoy ya en un sitio donde soy feliz, donde puedo respirar y trabajar?

Enfermedad degenerativa, ELA por ejemplo. “El error es el siguiente: meternos en la categoría de enfermos de la motoneurona, comparar nuestro destino con el de los demás, olvidándonos de la singularidad inconmensurable de cada organismo. Ay de quien se vea parte de una estadística No tengo que pensar en mí misma solo como una enferma”.


Una de las entradas de la casa de la autora E.N.


El futuro y la paz. “Lo bonito de esta enfermedad, y caigo en la cuenta mientras leo un libro sobre los musgos en los jardines japoneses, es que me obliga a hacer lo que no me atrevía pero deseo: quedarme donde estoy”




https://www.lavanguardia.com/cultura/20210511/7415992/jardin-salvacion-enfermedad.html




Conjunto etnográfico Molino de Maquías

Conjunto etnográfico Molino de Maquías

                                             Muíño de Maquías


Los molinos han tenido durante siglos un significado muy especial dentro del mundo rural gallego. Fuente inagotable de inspiración para la literatura, la danza y la música tradicionales, estas construcciones populares no sólo constituyeron una pieza fundamental en su desarrollo económico, sino que se convirtieron en el epicentro de un extraordinario tejido de relaciones sociales.

"No muíño fan cantigas, no muíño 
fan concellos, no muíño fanse 
amores, e contan contos os vellos."


Localización

Enclavado en un entorno natural de gran belleza, a los pies del monte O Galiñeiro, este maravilloso conjunto etnográfico se encuentra situado en el curso del río Vilaza, a escasos metros río abajo de la presa del embalse de Zamáns, en el concello de Vigo.

https://maps.app.goo.gl/xkyKmifMLMKTMhKt9


El conjunto etnográfico Molino de Maquías está formado por dos edificaciones: el conocido como molino de Maquías —el más relevante y el que da nombre al conjunto— y el molino de Seoane.


Los dos molinos se corresponden con el tipo más común de los existentes en Galicia: el de rueda motriz horizontal o rodicio. Debido a su proximidad comparten la misma infraestructura hidráulica, si bien la mayor parte de esta desapareció, hace ya más de medio siglo, durante la construcción del embalse de Zamáns.


Conjunto etnográfico Molino de Maquías


Este maravilloso ejemplo de arquitectura popular, desconocido incluso para muchos vigueses, fue totalmente restaurado hace apenas dos décadas. Sin embargo, incomprensiblemente, hoy vuelve a amenazar ruina. Dicen que un pueblo que no respeta su pasado destruye su futuro. Si es cierto, es evidente que nada bueno nos espera.


Molino de Maquías

Las construcciones empleadas en Galicia para albergar los molinos fueron, la mayor parte de las veces, arquitecturas muy elementales. Sin embargo, no es este el caso. Su dimensión constructiva, la calidad de los materiales empleados en su ejecución y sus cualidades formales hacen del molino de Maquías —que también albergaba la vivienda del muiñeiro— un ejemplo muy destacado.

El molino propiamente dicho, situado en la planta inferior, posee dos muelas y se incluye, atendiendo al sistema de captación y utilización del agua, dentro del grupo de los denominados molinos de cubo. El cubo, también llamado pozo, no es más que un depósito de agua que se adosaba a los molinos situados en cursos de agua de escaso o irregular caudal. Así se garantizaba su funcionamiento incluso en época de escasez de precipitaciones.

Muíño de Maquías


El volumen superior, reservado para la vivienda, se dispone perpendicularmente sobre el anterior. El voladizo generado, que se apoya sobre cuatro toscas columnas, forma un llamativo porche al que se accede mediante una pequeña escalinata. Este espacio, llamado solaina, proporcionaba a los usuarios del molino no sólo un acceso a cubierto, sino también un lugar de descanso protegido del sol y de la  lluvia.


Porche o solaina


En la parte posterior del edificio destaca el imponente cubo, de varios metros de altura. Hasta él llega el canal de conducción de aguas, la levada, cuyo tramo final discurre sobre un muro de mampostería de granito. Estos dos elementos proporcionan al conjunto una notable dimensión constructiva.

Por otra parte, el molino disponía de un pequeño alpendre en el que se dejaban las bestias durante la muiñada. Desgraciadamente, esta estructura se desmoronó hace ya algunos años.


Tramo final del canal de conducción de aguas

La maquía

El nombre del molino procede del término maquía (maquila, en español). La maquía no era más que la porción de harina que el usuario debía de pagar al propietario del molino por hacer uso de él. Se dice que los muiñeiros, que así es como se les llama en Galicia, intentaban quedarse siempre con más cantidad de la que les correspondía, motivo por el cual no contaban con muy buena fama.

Así queda acreditado en algunos cantares gallegos:

"Xa non quero ser muiñeiro, nin 
varre-lo tremiñado, que despois no 
outro mundo toman conta do 
roubado."

Molino de Seoane

En cuanto al molino de Seoane, nos encontramos ante una construcción de dimensiones mucho más modestas. Equipado con una única muela, el edificio, de planta rectangular y cubierta de teja a dos aguas, está construido asimismo con muros de sillería. Como el molino de Maquías, se incluye dentro del grupo de los denominados molinos de cubo. Sin embargo, en este caso, el cubo, de considerables proporciones, es del tipo balsa o semienterrado.

Molino de Seoane

Entorno

El conjunto etnográfico Molino de Maquías se encuentra situado en el itinerario del sendero GR-53. Esta ruta natural, que discurre por los límites del concello de Vigo, ofrece a lo largo de 40 kilómetros unas impresionantes vistas de la ciudad y su ría.

Desde aquí, es posible ascender caminando, usando la variante GR-53.2, al monte O Galiñeiro. Su cima, situada a más de 700 metros de altitud, constituye el punto más elevado de toda la comarca.


sendero GR-53


Como se dijo antes, a escasos metros río arriba se localiza la vieja presa del embalse de Zamáns. Inaugurada en 1960, su entorno presenta un especial interés debido a la riqueza de su fauna y flora. De hecho, hoy el área está catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

A lo largo de su orilla meridional discurre una interesante ruta de senderismo que nos conducirá al conjunto etnográfico Molinos de Zamáns, otro conjunto etnográfico cuya visita recomendamos.


Embalse de Zamáns


Lecturas recomendadas
• Galicia, las construcciones de la arquitectura popular. 
Patrimonio etnográfico de Galicia•
Manuel Caamaño Suárez
Hercules de Ediciones (2006)

https://descubreasriasbaixas.com/conjunto-etnografico-muino-maquias/

Molino, fuente de historias y romances

 El viejo molino hidráulico como fuente de historias y romances

en Nava de la Asunción, Moraleja de Coca y Santiuste de San Juan Bautista

por Amador Marugán y Benjamín Redondo Marugán

03/11/2024 
P
rovincia de Segovia



La familia Jiménez, últimos molineros de Nava de la Asunción.


De aquellos molinos hidráulicos que tuvieron tanta importancia económica y social en tiempos pasados sólo quedan unos pocos en pie y las ruinas de otros muchos donde se ejerció la primordial actividad de moler los cereales. En algún caso tan sólo existen restos de presas o azudes, el caz, o las balsas que aportaban el agua para mover las piedras de moler y que hoy algunas han sido demolidas para favorecer la corriente del río.

En las veredas del río Voltoya entre Nava de la Asunción, Moraleja de Coca y Santiuste de San Juan Bautista, llegaron a funcionar hasta seis molinos con sus respectivas leyendas puesto que el molino venía a ser un punto de encuentro donde se intercambiaban noticias, se daban recados o se contaban historias. Unas leyendas donde la molinera jugaba un papel importante en la imaginación sexual de algunos de los visitantes que favorecía el propio entorno, el ejercicio de la actividad y vivir día tras día aislados de la población más cercana.

De hecho, hay muchas coplas, refranes y canciones que dan fama a la molinera y sus amoríos, como por ejemplo esa canción castellana “vengo de moler morena de los molinos de arriba, duermo con la molinera, no me cobra la maquila…” Que es muy posible fueran fruto de la invención de los hombres movidos por su propio deseo hacia la molinera, dando lugar a esas pícaras historias. También se atribuía cierta fama de mala reputación de quienes regentaban el molino al quedarse con más grano de lo que establecía la maquila, precio que se pagaba en grano por moler el trigo. Lo cierto es que era un trabajo duro tanto para el agricultor que llevaba los costales de trigo como para el molinero en su rutinaria tarea de moler y transportar la harina en burros y carros de yanta.

Parte trasera del molino del Quemado. 
Foto Amador Marugán-Benja Redondo


Unas historias o leyendas a las que las obras de teatro y las comedias de los siglos XV y XVI contribuyeron a la fama del molinero y las molineras, precisamente el escritor de origen navero, Quintín Villagrán Rodao nos acerca una de ellas en su novela “Jueces para la aristocracia”, donde en su relato no sólo nos da a conocer los seis molinos del río Voltoya a su paso por Moraleja, Santiuste y Nava, sino que también nos cuenta una triste historia en torno a la brutal violación de la hija de un molinero por los señores feudales de la zona, que levantó la ira de las gentes de Moraleja ante la parcialidad de la Justicia.

El libro está dedicado a la memoria de su padre, Leocadio Villagrán de Santos, de profesión molinero, que le contó los hechos que en este libro se narran. La obra del escritor Quintín Villagrán, está basada en unos pliegos de cordel que compró su padre en Segovia a un ciego, y que recogían un romance dramático.

Quintín lo amplía y lo documenta muy detalladamente en el entorno de seis molinos, Molino del Rey, Molino del Cubillo, Molino del Sedeño, Molino del Quemado, Molino del Marroquí y Molino del Amor, con una amplia descripción del terreno, meandros, vaguadas, valles y taludes, con su flora y su fauna. Habla también de las partes de los molinos, de los aperos, tacto y olores, y particularizando las familias molineras que lo habitaban en el ámbito de estos tres términos municipales. La historia cuenta con tantos personajes que hay que seguirlo con una guía, casi como pasa con la familia Buendía en “100 años de soledad”.

Es una especie de “Fuenteovejuna” ubicado a lo largo de la ribera del río Voltoya, donde confronta la verborrea engañosa de los abogados defensores frente a la palabra llana de los aldeanos, para defender a sus vecinos de la falsa acusación de un doble crimen pasional ejercido por varios miembros de las clases altas. Una novela negra muy intensa y sobrecogedora.

Lo llamativo es que el autor era ciego. En 1939 una bomba olvidada entre escombros junto a la iglesia explotó cuando jugaba con su hermano y varios críos más, dejando a varios de ellos heridos y a Quintín ciego y sin la mano izquierda con tan solo 13 años.

Su padre, que había sido fusilado dos años antes por los franquistas “por sus ideas”, solía llevarle por las tardes al molino para que estuviera entretenido con las tareas propias y madurara con la gente que por allí pasaba. Él recopilaba conversaciones, cuentos, anécdotas y todo se le quedaba en su cabeza, porque era muy inteligente. Tanto es así que, un año después de la explosión, consiguió ingresar en el Colegio Nacional de Ciegos de Madrid, donde estudió la carrera de Perito Mercantil, Magisterio y de Derecho, llegó a ejercer como asesor de Derecho Internacional de varios países latinoamericanos, siendo uno de los directivos más importantes de la ONCE.

Así que, cuando se publicó la novela en 1989, nos pusimos a investigar sobre los molinos que cita Quintín. El Catastro de Ensenada (1752) cita dos molinos en Moraleja de Coca y dos en Santiuste de San Juan Bautista; el Diccionario Madoz (1850) cita uno en Nava de la Asunción, los tres pueblos implicados. No tuvimos resultados en el archivo parroquial ni en el municipal, tampoco en Segovia capital, así que nos dirigimos a la Real Chancillería de Valladolid, creada por Enrique II de Castilla en 1371, como el más alto tribunal de justicia del Reino, donde tampoco encontramos texto alguno. En el camino de la investigación la suerte se personó de forma deslumbrante con dos cuadros pintados al óleo como testigos de la separación de términos, y donde aparecen clarísimamente los molinos que cita Quintín Villagrán.


Los molinos

El primero está sin datar, pero creemos que es de finales del siglo XVII. Tiene un tamaño impresionante: 2,00 metros de ancho por 1,20 de alto, como se puede ver en la fotografía 1 y observar, de izquierda a derecha, el molino del Sedeño, el molino de Cubillo y el molino del Quemado, estos últimos con su caz y su socaz perfectamente dibujados.

No tenemos foto a tamaño natural del cuadro primero porque se hallaba en restauración, pero sí de este otro óleo no menos impresionante de 1,80 x 1,40 realizado en 1825 como cita el marco de abajo a la derecha. Aguas arriba vemos: el molino del Amor, los restos del molino del Marroquín y de nuevo el molino de Quemado, epicentro de la obra literaria. Foto 2

Un molino del Quemado, que ha sobrevivido 200 años al cuadro y que tiene el sobrio aspecto en la actualidad que vemos en estas dos fotos.

Vemos la balsa que le proporcionaba la fuerza del agua del río Voltoya para mover los rodeznos y éstos la piedra de moler, y el socaz, o salida del agua de los dos empiedros por la parte trasera. Cumplió su función como harinero hasta los años 50, cuando pasó a generar electricidad, como tantos otros, de lo que aún se conservan bastantes elementos en su interior.

El Molino del Amor, en el término de Santiuste, es de propiedad municipal y llegó a formar hasta hace poco tiempo parte de un complejo de recreo al contar con piscina, restaurante y campamentos infantiles. Junto con el “Caño de los molineros” eran los dos abastecedores del pueblo para hacer de harina para las personas y para el ganado.

Aún cita algún molino más de los que vemos en los óleos Quintín “el ciego”, como le llamaban popularmente y que, gracias a su libro, nos hizo pensar a quienes hemos acudido a merendar, a aprender a nadar o a coger cangrejos que merecía la pena conocer algo más.

Y aquí tenemos a Quintín en una foto del año 2000, con motivo de una entrevista para El Adelantado de Segovia, precisamente en el molino del Quemado, lugar que eligió para volver a escuchar el correr de las aguas, pasear junto al molino y explicarnos cómo de pequeño le llevaban de un molino a otro, empatizando con sus molineros y molineras, con sus hijos con los que jugaba, y con todos los agricultores que allí llevaban su maquila.

Escribe Quintín: Los molineros eran como los peces y los pájaros del valle: que nacían, criaban y apareaban, río arriba y río abajo.

Y así fue como, años más tarde, plasmó en su libro tantísimos recuerdos e información gracias a una memoria agudizada y desarrollada. Es el escritor ciego criado entre molinos que veía mucho más allá que la mayoría de los lugareños.


BIBLIOGRAFÍA

Quintín Villagrán Rodao, Jueces para la aristocracia. Salamanca. Organización Nacional de Ciegos Españoles. 1989. / Amador Marugán y Benjamín Redondo, La Nava, de la Asunción. Diputación Provincial de Segovia, Caja Segovia y Ayuntamiento de Nava. 1991. / A. Marugán y B. Redondo, Las palabras y la música de Nava de la Asunción. Edición propia. 2015.



https://eladelantado.com/segovia-provincia/el-viejo-molino-hidraulico-como-fuente-de-historias-y-romances/?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR2AFvIkWAlixNq-lPjQMzpPcMAGNHGUMgEkcuxIf5RDWvQAbvH_eNpMECs_aem_evfARBJhGoiosIAm-zGC-A




jueves, 16 de enero de 2025

Una cúpula, icono de la arquitectura





Esta cúpula abandonada es un icono de la arquitectura y está en peligro


La Cupole fue construida en 1964 por el arquitecto Dante Bini como refugio junto al mar para la pareja formada por el director de cine italiano Michelangelo Antonioni y la actriz Mónica Vitti.

Bianca Felicori
Publicado: 10/09/2021


Nacido en la zona de Módena, en Castelfranco Emilia (1922), Dante Bini es el inventor de Binishell, una técnica que utiliza la presión del aire para crear construcciones de hormigón armado de forma esférica, que se convierte en el elemento clave de su obra. Y es el Binishell que Dante Bini utiliza para la construcción de la mítica cúpula de Michelangelo Antonioni y Monica Vitti en Cerdeña . Estamos a mediados de los sesenta (1964), el director y la actriz están en el archipiélago de La Maddalena para rodar una escena para Deserto Rosso en la playa rosa de la isla de Budelli. En esta ocasión, Antonioni conoce al empresario y terrateniente Giorgio Tizzoni y se hacen amigos. En el mismo período, Tizzoni decidió invertir en la compra de un terreno en la Costa Paradiso, un lugar "llamado por los pastores locales 'terra niedda', o tierra de la nada, porque se considera árida e inútil", dice Giulia Chianese, actriz que participa en un documental sobre el famoso director italiano.

Tizzoni le pide consejo a su nuevo amigo y, tras recibir su apoyo, compra el terreno y decide regalarle un pedazo. El matrimonio Vitti-Antonioni quería diseñar una casa de vacaciones , como una especie de refugio inmerso en la naturaleza de Gallura, la parte más septentrional de Cerdeña, y la tarea fue encomendada a Dante Bini. Entre 1968 y 1971 Bini trabaja codo a codo con Antonioni para la construcción de la villa, se crea una relación única entre arquitecto y cliente, estudian juntos el proyecto de esta cúpula que parece haber surgido de la tierra y que retoma el rojizo matices de las rocas de la costa, cuyos polvos se utilizan para hacer el revestimiento de yeso de la construcción.


Antes de terminar la edificación el amor entre Vitti y Antonioni termina, y esto probablemente sea una de las razones por las que la Cúpula termina siendo abandonada y todavía permanece allí hoy, presa del descuido como un naufragio. Delimitado por las autoridades locales, la casa está totalmente desgastada por el vandalismo y los agentes atmosféricos, mientras continúa siendo visitado, fotografiado y publicado por entusiastas del cine y la arquitectura. Esta es la condición actual de la obra maestra de Bini, a menudo víctima de ladrones y ocupantes, mientras que la Cupoletta, su pequeña reproducción construida al lado, propiedad del pintor Sergio Vacchi, así como del nuevo esposo de Letizia Balboni, la ex esposa de Antonioni, se ha transformado en un Bed & Breakfast.


Pero finalmente alguien está listo para hacer algo y es De Rebus Sardois, que ha preparado un documental fruto del proyecto de Sara Nieddu que promueve una recolección de firmas en change.org. Giulia Chianese nos brinda más detalles sobre el estado actual de la villa, "los propietarios la dejaron pudrirse en absoluta decadencia, negando explícitamente cualquier correlación entre la Cúpula y su uso real por parte del director, uno de ellos de hecho afirma que la villa no ha estado nunca habitada por Antonioni salvo por unos días. Y no es una cuestión económica, ha habido muchas propuestas de compra, incluso un inversor chino quiso comprar la cúpula para transformarlo en un centro de investigación de películas experimentales, pero siempre se han negado".

Pero ahora parece que el superintendente Bruno Billeci junto con Monica Scanu, presidenta regional del Fondo Ambiental, quieren tomar las riendas de la situación. Las instituciones avanzan hacia la recuperación de esta propiedad, tratando de colaborar con los propietarios para encontrar una solución. Ojalá sea así pero, mientras tanto, ¿firmamos?



https://es.search.yahoo.com/search?fr=mcafee&type=E210ES91082G0&p=ESTA+C%C3%9APULA+ABANDONADA+ES+UN+ICONO+DE+LA+ARQUITECTURA+Y+EST%C3%81+EN+PELIGRO



martes, 7 de enero de 2025

Aislado en una casa de troncos


Construyó una casa con troncos en un bosque y vive aislado hace 40 años
Cribeo


La extraña historia de un hombre que eligió vivir en soledad


Ken Smith frente a su cabaña Clarín

03/05/2023 16:28


Eligió vivir en soledad. Lo más alejado posible de todos. Hace casi 40 años que tomó ese camino, y así le gustaría que continuase hasta el final. "Es una vida agradable. Todo el mundo desea poder hacerlo, pero nadie lo hace", dice.

El hombre se llama Ken Smith, tiene 74 años. y vive en una pequeña cabaña hecha de troncos que él mismo construyó a orillas de un remoto lago en las Tierras Altas de Escocia. Sin luz, gas ni agua potable. Completamente solo.

Para sobrevivir, Ken, quien es originario de Derbyshire, en Inglaterra, pesca y recolecta y cosecha sus alimentos. Además recoge leña y lava su ropa en un viejo baño al aire libre.

Su cabaña de troncos está a dos horas de la carretera más cercana en el borde de Rannoch Moor, por el lago Treig. "Es conocido como el lago solitario. No hay camino para llegar aquí, pero aquí solía vivir gente antes de que se construyera la presa", cuenta.

"Todas sus ruinas están allí. El censo ahora es de uno y ese soy yo", dice mientras mira hacia el lago desde la ladera.


Los golpes de la vida

La cineasta Lizzie McKenzie se puso en contacto por primera vez con Smith hace nueve años y durante los últimos dos años lo ha filmado para el documental de BBC Escocia The Hermit of Treig ("El ermitaño de Treig").

Ken, quien es originario de Derbyshire, cuenta allí cómo comenzó a trabajar a la edad de 15 años, construyendo estaciones de bomberos. Pero su vida cambió a los 26 cuando fue golpeado por un grupo de matones después de una noche de fiesta.

Sufrió una hemorragia cerebral y perdió el conocimiento durante 23 días


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Ken Smith tiene 74 años Clarín


"Dijeron que nunca me recuperaría. Dijeron que nunca volvería a hablar. Dijeron que nunca volvería a caminar, pero lo hice. Fue entonces cuando decidí que nunca viviría en los términos de nadie más que en los míos", afirma.

Así fue como la vida de Ken dio un giro. Comenzó a viajar y a entrar en contacto con la naturaleza. Y como Forest Gump empezó a caminar. Y lo hizo durante mucho tiempo.

Asegura que caminó unos 35.000 kilómetros antes de regresar a casa, donde lo esperaba una noticia devastadora: sus dos padres habían muerto.

"No sentí nada. Pasó mucho tiempo hasta que me afectó", cuenta, y sigue: "Unos meses después estaba en Rannoch cuando de repente pensé en mis padres y comencé a llorar. Lloré todo el camino mientras caminaba".

Y fue ese el momento donde el hombre tomó la decisión de alejarse de todo: "Pensé ¿dónde está el lugar más aislado de Gran Bretaña?", agrega en el documental.


Ken Smith pescando Clarín


"Estuve dando vueltas y seguí cada bahía y cada cumbre donde no hubiera una casa construida. Cientos y cientos de kilómetros de nada. Miré al otro lado del lago y vi este bosque", recuerda.

Sabía que había encontrado el lugar donde quería quedarse. Ken dice que ese fue el momento en que dejó de llorar y terminó su constante deambular.

Construyó su cabaña de troncos y se puso a vivir como un ermitaño. Cultiva verduras y busca frutas del bosque, pero su principal fuente de alimentación proviene del lago, de la pesca.


Ken Smith Clarín


Un derrame cerebral y la vida solitaria hasta el final

Los peligros de la vida que eligió el hombre eventualmente le iban a jugar una mala pasada. Y así sucedió unos días después de que el equipo de documentalistas se fuera.

Fue cuando estaba afuera en la nieve. Había salido a recoger algo de leña y un derrame cerebral lo dejó tirado. Con mucho esfuerzo pudo llegar hasta un GPS que le había dejado y así activar un SOS.

Los rescatistas lo hallaron y lo trasladaron en avión al hospital en Fort William, donde pasó siete semanas recuperándose.


Ken Smith con un pescado Clarín


Pero aunque los médicos intentaron convencerlo de lo contrario, una vez recuperado, Ken volvió a su cabaña y su vida solitaria.

Sin embargo, las secuelas que le quedaron del derrame obligaron al hombre a tener que aceptar más ayuda de la que había recibido nunca. Así entonces, el jefe de la zona, que cuida el bosque donde vive Ken, le lleva comida cada dos semanas, que él paga con su pensión.

"La gente en estos días ha sido muy buena conmigo", dice Ken, quien un año después de ese episodio sufrió un accidente y tuvo que ser trasladado en avión nuevamente. Fue después de resultar herido cuando una pila de troncos se derrumbó sobre él.

De todas maneras, Ken no espera vivir para siempre: "No vinimos a la tierra para siempre. Me quedaré aquí hasta que lleguen mis últimos días, definitivamente. He tenido muchos incidentes, pero parece que los he sobrevivido a todos", dice.


https://www.lavanguardia.com/cribeo/20230503/8939954/construyo-casa-troncos-bosque-vive-aislado-pmv.html