Después de una lluvia muy esperada, una explosión orgástica de color llena todo el horizonte de mi mirada. La tierra, como yo, sonrie de felicidad y gozo, el verdor se hace más intenso y el olor refresca mi memoria infantil. El paraíso terrenal es más vivo después de llover y el orgasmo de la tierra expresa su punto álgido con el arcoiris.
El paraíso solo existe cuando se está inserto en cuerpo y alma en la naturaleza, lo contrario de lo que sucede en la ciudad.
Imágenes captadas después de llover:
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