Recordando...
Cuando teníamos 20 años menos y escuchábamos la fuerza de esta canción, la pulsión de vida nos envolvía, se instalaba en lo más recóndito de nuestro corazón y se expandía para resonar en cada rincón de nuestra subjetividad. Entonces no existía el teléfono celular ni las nuevas tecnologías, artilugios de control que suturan y taponan el agujero del deseo. Se vivía con menos necesidades y por tanto más felices.
El valenciano Julio Bustamante, un libertario con el -mare nostrum- incrustado como una concha en su piel, cantaba a bocanadas a la libertad, a la insumisión más radical y al placer de vivir.
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