Read-Nest: Refugio para leer
Esta pequeña construcción prefabricada de madera apenas tiene 10m2, se encuentra en el jardín del cliente y su función principal es la de servir como refugio para la lectura. Se hizo en taller y luego fue trasladada al sitio, pero puede volver a ubicarse en otro lugar, es una de las grandes ventajas de estas estructuras.
Cabaña Catskills: una versión romántica del refugio
Probablemente para muchas personas un refugio de este tipo le recuerde más a un trasto viejo e inservible, pero en realidad es una construcción romántica en madera impregnada de recuerdos y con un acabado de pintura cuarteada.
Esta pequeña construcción prefabricada de madera apenas tiene 10m2, se encuentra en el jardín del cliente y su función principal es la de servir como refugio para la lectura. Se hizo en taller y luego fue trasladada al sitio, pero puede volver a ubicarse en otro lugar, es una de las grandes ventajas de estas estructuras.
El exterior de la cabaña está revestido de láminas de madera aceitada, y la cubierta es escalonada con un primer nivel inclinado y un lucernario oculto en el plano más alto. La ventana de la fachada se puede abatir completamente, protegiendo el hueco de la lluvias a la vez que se está sentado en su interior.
Dentro hay espacio para unas amplias estanterías de abedul, una cama plegable bajo el lucernario, y una mesa delante de la ventana con una silla, no hace falta nada más! Llama la atención el parecido formal de este refugio con el recientemente premiado por el jurado en Concurso SketchUp, no estamos diciendo que sean iguales pero pudiera ser que el autor ya conociera este proyecto de Dorte Mandrup Arkitekter, que además son también daneses.
Fotos de Torben Eskerod y Thomas Mandrup-Poulsen. Visto en Wallpaper.
Cabaña Catskills: una versión romántica del refugio
En una propiedad de 5,7 hectáreas de las montañas Catskill (Estado de Nueva York) se encuentra esta joya de refugio en forma de cabaña victoriana, algo insólito en los tiempo que corren, pero que tiene su historia. Con un tamaño de 14×9 pies (4,27×2,74m), sin cocina y sin baño, sirve como espacio de retiro para la señora Foster, habiendo sido ella misma la encargada de su reparación/ampliación, por tan sólo unos $3.000.
La cabaña tenía originalmente unas dimensiones de 9 por 10 pies, con techo a dos aguas, cinco pequeñas ventanas y un loft (altillo) para dormir arriba, más un pequeño porche. Sandy Foster comenzó a trabajar en ella en julio de 2009 quitando algo de la parte delantera con el fin de ampliar el porche con tres columnillas que compró por $60 cada una. Algo similar se hizo con las ventanas, colocó también una repisa de madera de un anticuario, un sofá de mimbre de IKEA que rellenó con cojines y fundas, mientras que el armario del fondo con la porcelana se construyó con maderas viejas y puertas francesas encontradas en un rastrillo.
Probablemente para muchas personas un refugio de este tipo le recuerde más a un trasto viejo e inservible, pero en realidad es una construcción romántica en madera impregnada de recuerdos y con un acabado de pintura cuarteada.
Fotos de The New York Times. Visto en The Tiny Life.
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